Puro cine de entretenimiento, salvajemente escatológico, políticamente incorrecto y afortunadamente alejado de toda suerte de convencionalismos o preceptos morales. Alejado incluso de la necesidad de desarrollar un argumento; simplemente da un par de apuntes, justo lo necesario para poner en marcha la maquinaria sanguinolenta del film.

Es sencilla y llanamente cine para pasar el rato, eso sí, no apto para estómagos sensibles o mentes enfermizamente puritanas. Una de esas películas que la critica machacará sin contemplaciones de la misma forma en que los protagonistas hacen lo propio con los infectos asesinos. Otra vuelta de tuerca más en la todavía corta pero interesante y prometedora filmografía de Robert Rodríguez. Te la recomiendo si te gustaron “Abierto Hasta El Amanecer” o “Sin City” (posee más similitudes con la primera, aunque todo multiplicado por mil). Disfrutarás como un pendejo al que sonríe la fortuna.

Chapó por Freddy Rodríguez, quien nos sorprende en un papel muy distinto al que interpretara en esa pequeña joya televisiva titulada “A Dos Metros Bajo Tierra” (por cierto, muy recomendable también).