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España España · Málaga
Voto de Nuño:
6
Comedia H.I. (Nicolas Cage) y Edwina (Holly Hunter), una pareja que no puede tener hijos, pero que está dispuesta a formar una familia cueste lo que cueste, decide secuestrar a un bebé de una familia que acaba de tener quintillizos. (FILMAFFINITY)
7 de diciembre de 2014
13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
El estilo cómico de los Coen me recuerda, personalmente, a Fellini (en concreto, a 'Amarcord'); exacerbar las neuras y los tics cómicos de personajes bufos y grotescos para que emerja, torrencial e irónicamente, la cualidad humana universal. Este humanismo escondido tras lo marciano es lo que hace a sus personajes bizarros tan, en última instancia, entrañables.

Lo que, personalmente, más subrayaría yo de esta casi primeriza 'Raising Arizona' no es su fórmula cómica, demasiado desatada y pirotécnica para mi gusto y más estilizada y refinada en obras posteriores como 'El gran Lebowski' (la comedia maestra de los Coen, a mi modo de ver) o 'Quemar después de leer'. Lo que más me llama la atención es la anómala visión que ofrecen sobre el matrimonio, la paternidad y la convivencia conyugal; anómala, dentro de una filmografía que parece empeñada en decir lo contrario.

Toda la obra de los Coen está medulada, en mayor o menor medida, por el adulterio. Punto central de la trama o consecuencia/ramificación de ésta; pero la mentira, el subterfugio, la infidelidad y el engaño siempre están presentes.

[Párrafo siguiente con 'spoiler']

'Raising Arizona' cuenta el esfuerzo de dos bichos raros por establecerse como familia normal y corriente, sus vanos resultados de llevarlo a cabo y su resignación, al final, al verse casi destruida la pareja por ese imperativo biológico de prolongarse como especie, que no pueden cumplir. La estabilidad conyugal parece ser una quimera inalcanzable; la familia feliz, un ideal remoto. En el resto de su filmografía, los hogares rotos por la incomunicación son una constante, algo ya inevitable; pero aquí la escena final es un sueño, no se sabe si en forma de profecía o de anhelo, donde un matrimonio resiste y, al final, se coge de la mano.

Me pregunto si realmente los Coen han perdido ya esa esperanza que parecen mostrar aquí; la de poder llegar al final de la vida junto a alguien, sin mentiras y sin traiciones, sin la burocracia del divorcio, pudiendo mirar la descendencia dejada sin la impresión de haber contribuido a un feroz automatismo biológico, que opera en favor de un absurdo cósmico; sino con la sensación de haber dejado un poco de amor en el mundo.

Gracias.
Nuño
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