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Aventuras. Drama
El capitán Vladimir Arseniev y su destacamento tienen que realizar unas prospecciones geológicas en los bosques de la taiga siberiana. La inmensidad del territorio y la dureza del clima hacen que se extravíe. Condenado a vagar por una tierra salvaje, Vladimir conoce a Dersu Uzala, un cazador nómada que conoce el territorio como la palma de su mano y sabe cómo afrontar las inclemencias del tiempo. Dersu enseñará a Vladimir a respetar la ... [+]
1 de agosto de 2016
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
El capitán Arseniev llega a un pequeño poblado siberiano en obras, buscando el lugar donde, entre cedros y abetos, dieron sepultura a su amigo.
"—No ha muerto nadie aún. No hay cementerio. ¿Puede que esté por allí?"
No hay dónde buscar, en realidad. El capitán queda mirando el polvo de tierra, mezclado ya con los huesos deshechos de su Dersu, que le salvó la vida varias veces, pero nunca lo dijo, porque le parecía lo normal.
...
El tono visual es muy ruso. La fotografía, de colorido áspero, refleja el seductor y ancestral misterio de la inhabitada taiga. La textura y el escenario evocan la cualidad transformadora de la Zona de Tarkovsky (cuyas 'puertas' se nos abrirían unos pocos años después). La voz narradora lo confirma; "a veces, las montañas y bosques eran alegres y atractivos; otras veces, se presentaban sombríos y salvajes". También lo asevera el movimiento de placas de hielo y tierra, sinónimo de mutación, que sirve de bisagra entre el primer acto, la despedida entre Dersu y el Capitán, y el segundo acto, el reencuentro.
El sentido es que Kurosawa, sovietizado, consigue enlazar bioma geográfico y emoción.
...
"Este lugar me recuerda a la noche de Walpurgis; a las brujas y sus aquelarres".
Precedido de aciagos pensamientos, provocados por lo ignoto del lugar, entre ramas de rojizos árboles en la noche, restalla el grito del vivaz Dersu: "¡no disparen, soy gente!".
Sorprende la naturalidad con que Dersu, nada más tomar contacto con el grupo, se sienta con absoluta tranquilidad, enciende su pipa y, sin dudar, acepta el ofrecimiento de comida que le hace el Capitán. Su conducta, su aparición, irradian un genuino sentido de hermandad.
Decide, en sereno altruismo, guiar al destacamento. Una visión entrañable del 'stalker', que es guía y, en este caso, amigo fiel.
...
La didáctica de Dersu, cuya sencillez engrandece.
"—¿Cómo fallaste, si eres tan buen cazador?
—¿Tú nunca fallar?"
Su humanidad conmueve: "Actuaba previendo las necesidades de personas que no conocía y probablemente jamás vería".
La forma en que se relaciona con todo lo vivo que le rodea, se acerca a lo místico. "¡Tigre, acaso no hay bosque suficiente para todos?"
...
La estepa y la montaña guardan inesperados hallazgos y fenómenos.
El encuentro con Li Tsung-Ping, de T'ien Sin, a quien un desamor llevó 40 años a las montañas.
El episodio en la llanura helada, en busca Dersu y Arseniev de sus propias pisadas. La impasibilidad de la tormenta ante la inminente muerte; la Naturaleza no detiene su inconmensurable fuerza para que nuestro drama se note.
"—No ha muerto nadie aún. No hay cementerio. ¿Puede que esté por allí?"
No hay dónde buscar, en realidad. El capitán queda mirando el polvo de tierra, mezclado ya con los huesos deshechos de su Dersu, que le salvó la vida varias veces, pero nunca lo dijo, porque le parecía lo normal.
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El tono visual es muy ruso. La fotografía, de colorido áspero, refleja el seductor y ancestral misterio de la inhabitada taiga. La textura y el escenario evocan la cualidad transformadora de la Zona de Tarkovsky (cuyas 'puertas' se nos abrirían unos pocos años después). La voz narradora lo confirma; "a veces, las montañas y bosques eran alegres y atractivos; otras veces, se presentaban sombríos y salvajes". También lo asevera el movimiento de placas de hielo y tierra, sinónimo de mutación, que sirve de bisagra entre el primer acto, la despedida entre Dersu y el Capitán, y el segundo acto, el reencuentro.
El sentido es que Kurosawa, sovietizado, consigue enlazar bioma geográfico y emoción.
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"Este lugar me recuerda a la noche de Walpurgis; a las brujas y sus aquelarres".
Precedido de aciagos pensamientos, provocados por lo ignoto del lugar, entre ramas de rojizos árboles en la noche, restalla el grito del vivaz Dersu: "¡no disparen, soy gente!".
Sorprende la naturalidad con que Dersu, nada más tomar contacto con el grupo, se sienta con absoluta tranquilidad, enciende su pipa y, sin dudar, acepta el ofrecimiento de comida que le hace el Capitán. Su conducta, su aparición, irradian un genuino sentido de hermandad.
Decide, en sereno altruismo, guiar al destacamento. Una visión entrañable del 'stalker', que es guía y, en este caso, amigo fiel.
...
La didáctica de Dersu, cuya sencillez engrandece.
"—¿Cómo fallaste, si eres tan buen cazador?
—¿Tú nunca fallar?"
Su humanidad conmueve: "Actuaba previendo las necesidades de personas que no conocía y probablemente jamás vería".
La forma en que se relaciona con todo lo vivo que le rodea, se acerca a lo místico. "¡Tigre, acaso no hay bosque suficiente para todos?"
...
La estepa y la montaña guardan inesperados hallazgos y fenómenos.
El encuentro con Li Tsung-Ping, de T'ien Sin, a quien un desamor llevó 40 años a las montañas.
El episodio en la llanura helada, en busca Dersu y Arseniev de sus propias pisadas. La impasibilidad de la tormenta ante la inminente muerte; la Naturaleza no detiene su inconmensurable fuerza para que nuestro drama se note.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Irónicamente, la Naturaleza en que Dersu se mueve tan vivamente no es ajena a su propio cuerpo. La vista comienza a fallarle, ya no dispara igual de bien. Arseniev le lleva a la ciudad, le viste de ciudadano, y le quita su rifle.
El 'buen salvaje' es arrancado de su mundo de árboles y ríos, y llevado a un planeta diferente, regulado por el comercio, hecho de cemento y regido por marcianas convenciones. "¿Por qué dar dinero por agua? ¡Mucho agua hay en el río!"
Lo intenta, pero, como el niño de Aveyron, él ya tenía su hogar. "¿Cómo pueden los hombres sentarse dentro de una caja?".
El capitán, que es su amigo, le devuelve su mundo. Y un rifle mejor.
...
Alguien mató a Dersu, para robarle el arma que su Capitán le había regalado. No obstante, murió vivo, y no es un oxímoron. El último lugar que vio fue su casa. Entre osos, tigres y jabalíes, entre diluvios y tormentas que "no eran nada para él".
Gracias.
El 'buen salvaje' es arrancado de su mundo de árboles y ríos, y llevado a un planeta diferente, regulado por el comercio, hecho de cemento y regido por marcianas convenciones. "¿Por qué dar dinero por agua? ¡Mucho agua hay en el río!"
Lo intenta, pero, como el niño de Aveyron, él ya tenía su hogar. "¿Cómo pueden los hombres sentarse dentro de una caja?".
El capitán, que es su amigo, le devuelve su mundo. Y un rifle mejor.
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Alguien mató a Dersu, para robarle el arma que su Capitán le había regalado. No obstante, murió vivo, y no es un oxímoron. El último lugar que vio fue su casa. Entre osos, tigres y jabalíes, entre diluvios y tormentas que "no eran nada para él".
Gracias.