¡Qué película con tanta esperanza a priori y tan pésima imaginación de desarrollo! Pesadísima, larga y embrollada hasta lo insufrible. Es una ensalada escatológica a lo bruto.

Una joven terrorista pone una bomba en una discoteca donde están el protagonista masculino y su amada. Todos mueren, pero despiertan en un mundo post mortem en torno a un río. Allí hay gente que pasó por la muerte, de todas las épocas, ya samuráis ya conquitasdores españoles del grupo de Pizarro, ya tipos del siglo XX o XXI, etc. Entre ellos se esclavizan, se matan y se hacen la vida lo más desagradable posible como aquí en la Tierra, pero aún peor pues tienen entre ellos la presencia a intervalos de especies de ángeles con capucha y rostro azul, que no les dan explicaciòn de nada. ¿Y todo con qué sentido? El analista de cine Fej Delvahe me recomendó que no perdiese el tiempo en ver esta chifladura, pero no le hice caso y ¡caramba, tenía razón, es una película de "sh-t"

Como dice uno de los intervinientes en este barahunda escatológica centrada en un más allá especie de purgatorio donde el que llega debe expiar los errores del vivir anterior: "La vida es una prueba muy dura; tras soportar sus crueldades durante 75 años no veo nada justo un examen de recuperación."