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España España · Palma de Mallorca
Voto de alfataurus:
6
Ciencia ficción. Thriller. Terror Clive (Adrien Brody) y Elsa (Sarah Polley) son dos brillantes científicos que, por medio de la ingeniería genética, se dedican a crear variaciones de especies conocidas. Aunque han alcanzado el éxito, su ambición les hará perder el control, cuando, en secreto, decidan llevar sus experimentos más allá de la moral. Combinando ADN humano en sus experimentos genéticos obtendrán un nuevo escalón en el árbol evolutivo actual. (FILMAFFINITY)
26 de enero de 2011
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Experimento mortal. Esta es la horrorosa coletilla que como ya es habitual, el iluminado de turno encargado de doblar los títulos de las películas foráneas en España ha perpetrado para este, al menos entretenido, ingenio de Vincenzo Natali. Alumno no excesivamente aventajado del también canadiense y maestro del terror de patología mucilaginosa, David Cronenberg.

La experimentación genética para crear un híbrido entre humano y bestia, es la pista de baile en la que danzan sin mucho gracejo los consabidos dilemas éticos y las carencias deontológicas que demuestran las corporaciones que patrocinan tales investigaciones.
Es inevitable la referencia frankensteiniana, si se me permite el palabro, que hace del científico creador un padre (en este caso madre), que toma conciencia demasiado tarde del error de haber traído a este valle de lágrimas a un engendro que le culpa por haberle hecho diferente, de mantenerlo marginado de un mundo exterior en el que ansía volar libremente y de convertirlo en un infeliz atormentado. Nada nuevo bajo el sol, pero aceptablemente expuesto.

Las metáforas más o menos evidentes sobre la familia, la maternidad, el siempre doloroso despertar adolescente, el incesto o una extravagante zoofilia… son bocetos de trazo ágil, pero que no llegan a plasmarse del todo en el lienzo cinematográfico. Natali hace de su película (y me temo que no intencionadamente) una especie de serie B de lujo con la que no llega a provocar hastío, pero que tampoco consigue redondear ni dotar del empaque que precisa una idea en la que aún sin ser nada original, siempre es bienvenida una nueva mirada.

La pareja de científicos protagonista cuenta con la normalmente más eficaz Sarah Polley y Adrien Brody, al que parece que se le quedó para siempre la cara de pasmarote en El Bosque de Shyamalan. Ambos resultan roles poco creíbles y en ocasiones rozan el absurdo. Merece salvarse el televisivo Brandon McGibbon en el pequeño papel del hermano rarito, el personaje más verosímil y acertado.

Buen trabajo del gran Greg Nicotero en los efectos especiales. La labor llevada a cabo para resolver la apariencia de la criatura en sus diferentes fases de desarrollo, a nivel técnico, es para quitarse el sombrero.

En definitiva, que lo más interesante e innovador del film es que Clive y Elsa, como Electra y Taumante, consiguen alumbrar en el laboratorio a un ser fantástico de leyenda… Nada más y nada menos que a un insólitamente bello ejemplar surgido de las Estrófades… la mitológica Arpía, esta sí, acertadamente encarnada por una turbadora e inhumana Delphine Chanéac.
alfataurus
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