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España España · Euskopucelano en Madrid
Voto de Toma Primera:
9
Bélico. Drama Durante la guerra de Vietnam, al joven Capitán Willard, un oficial de los servicios de inteligencia del ejército estadounidense, se le ha encomendado entrar en Camboya con la peligrosa misión de eliminar a Kurtz, un coronel renegado que se ha vuelto loco. El capitán deberá ir navegar por el río hasta el corazón de la selva, donde parece ser que Kurtz reina como un buda despótico sobre los miembros de la tribu Montagnard, que le adoran como a un dios. (FILMAFFINITY) [+]
9 de junio de 2005
39 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película nos mete de lleno en el horror de la guerra, mostrando las atrocidades cometidas por el ejército norteamericano en Vietnam. Pero se centra sobre todo en enseñar el desgaste psicológico que sufrían los soldados inmersos en una guerra sin sentido: la locura que se apoderaba de ellos, la paranoia, e incluso la pérdida de su propia identidad (reflejada sobre todo en el Coronel Kurtz, que rompe radicalmente con todo su pasado, y en el Capitán Willard, que afirma que sería incapaz de readaptarse a la vida "normal" después de todo lo que ha visto en la guerra).
A todo ello se le unen unas magníficas interpretaciones de Martin Sheen como el Capitán Willard (papel que en un principio iba a ser para Harvey Keitel), Robert Duvall (genial haciendo de Coronel "surfista") y Marlon Brando (el Coronel Kurtz), que no aparece hasta casi el final, pero clava su personaje, un tipo que está al borde de la locura.
Hay que destacar también la gran fotografía, con paisajes preciosos, y llena de bellos contrastes. Son muchos los momentos memorables de la película: la gran aparición de Kurtz (con un buen juego de luces y sombras que le dan un aire majestuoso), los helicópteros volando al son de "La cabalgata de las Valkirias" de Wagner, o los soldados haciendo surf con bombas estallando a poca distancia de su posición (en un momento de auténtico delirio).
Estamos por lo tanto ante una de las mejores películas antibelicistas de la historia del cine, y la más personal del director, que pese a los contratiempos del rodaje y la prohibición de exhibirla en los cines de EEUU, consiguió dejar patente su denuncia de las guerras y su opinión del abuso de poder norteamericano.
Toma Primera
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