Es interesante; el personaje interpretado por Tom Pelphrey, al manejar con soltura el engaño, incluso en las interpretaciones emocionales de su caracterización.

Ryan Phillippe, ha evolucionado en su trabajo: de ser un joven actor enigmático y resolutivo, se ha convertido en un brillante interprete maduro, versátil y eficaz.

La historia está muy bien narrada, sin escenas superfluas y con una duración ajustada a las propias necesidades; manteniéndose al margen de esa moda de añadir minutos vacíos para alargar secuencias. En mi valoración supera el seis, pero no alcanza el siete.