Exquisita combinación de color y música.
Una fusión increíble, a la vez que perfecta, de diferentes lenguas, con distintos y carismáticos personajes, un paseo por el mundo, y una revisión de la historia negra, ocultada, inventada, o modificada, a lo largo de los años, con la ayuda diplomática de cada gobierno...
Y para eso está mi querido icono de referencia desde pequeño, FERMÍN MUGURUZA, el director de esta Obra Maestra, acompañándome a través de las ondas de su música, y de todas las influencias con que las que dota esta gran experiencia audiovisual, como considero, indivisibles e inseparables, como si de Kill Bill se tratase (te puede gustar más la una que la otra, pero si no existieran las dos, no tendrías elección)... No se puede opinar de la película sino te has leído el cómic, y no puedes criticar la película si te quedas solo con el cómic... Hay que disfrutar tranquila y lentamente, cada formato, para poder empaparse, del montaje audiovisual.
Lo más bonito, a pesar, de todos los temas que se trabajan en el guión: es que el amor es el acto más revolucionario que existe