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Voto de elviajero:
3
Fantástico. Acción. Ciencia ficción. Thriller. Drama Estados Unidos, años 80. La Guerra Fría está en su apogeo, y los superhéroes, que antes habían sido admirados, ahora son perseguidos por la ley. Un día aparece muerto uno de ellos, "El Comediante", que trabajaba para la CIA. Su amigo Rorschach, el único héroe enmascarado en activo, emprenderá la investigación de su muerte, tras la que se oculta algo muy importante. Esperadísima adaptación del cómic de Alan Moore y Dave Gibbons (1986). (FILMAFFINITY) [+]
29 de junio de 2021
1 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vaya por delante que no he leído las historietas en que se basa esta película, así que no comentaré cosa alguna sobre la fidelidad de la adaptación o si respeta o no las tramas y personajes del original literario.

Dicho lo cual, empecé a verla de casualidad, un día en la tele, sin saber de qué trataba, y al principio me pareció que no tenía mala pinta. La apertura, con diferentes imágenes icónicas de los 60 (convenientemente alteradas para la ocasión) y la música de fondo, es muy buena, a pesar de que abuse de la cámara lenta para mi gusto. Luego la introducción de la trama con el tipo ese de la gabardina y la cara tapada como narrador (Rorsach o como coño se llame, para mí "el gabardinas") me pareció interesante, con un tono cínico que homenajea a los antihéroes del cine negro de toda la vida. No me gustan por lo general las películas de superhéroes, pero decidí darle una oportunidad a esta visto que empezaba bien.

Maldita la hora.

Poco a poco mis buenas impresiones iniciales se iban diluyendo sin remisión. Los soliloquios corrosivos del gabardinas se iban haciendo más y más repetitivos. La trama principal "de intriga" (¿quién mata a los superhéroes y por qué?) avanzaba con la celeridad de un caracol aquejado de fimosis (si es que tal cosa fuese posible). Los diferentes personajes que iban apareciendo eran a cada cual más absurdo. Las subtramas románticas oscilaban entre lo insustancial y lo ridículo. Las escenas de acción, oh sorpresa, estaban rodadas abusando criminalmente de la cámara lenta y el stop motion, lo que dado que la película es de por sí muy larga y está bastante falta de ritmo, tiene sus contraindicaciones.

De la mitad del metraje en adelante más o menos la historia entró en los procelosos terrenos del disparate más absoluto, con giros de guión imposiblemente idiotas y diálogos que podrían rivalizar por derecho propio con otras grandes obras del cine como "Con las bragas en la mano" o "Atrapados en el miedo". En medio de peleas a paso de hormiga y frases pomposas sin pies ni cabeza pululaban un calvo azul iridiscente con problemas conyugales y capaz de clonarse a sí mismo en varias copias (todas ellas con la molesta afición de pasearse por ahí en piticulo leyendo las mentes del personal), un gafas vestido de espantajo, un tipejo con pinta de cantante de glam que paseaba sendos tigres (¿o eran leopardos?) mientras le recordaba a todo el mundo que su "superpoder" era ser "el hombre más inteligente del mundo" (¿cómo sería el más idiota?) y otros de parecida enjundia. Si el tono hubiese sido de comedia surrealista, una galería de personajes así habría supuesto un filón. Pero no. Iba en serio. Y lo que es peor, la sensación que tuve es que Snyder y su alegre pandilla esperaban que el espectador se tomase toda aquella sarta de chorradas en serio.

Casi por pundonor luché contra el sueño y aguanté la película entera, como un campeón. Conseguí no dormirme. Y luché con éxito contra mis deseos de tirar el televisor por la ventana cagándome en dios a grandes voces después de zamparme tamaño chorongo.

Aquella noche yo sí que fui un superhéroe.
elviajero
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