No nos gustan los villanos muy villanos, ni los buenos buenísimos. Nos gusta la gente real y en "Todo lo otro" es precisamente eso lo que se muestra. Personajes complejos con sus más y sus menos, con sus problemas, con sus dramas, con sus líos, sus deseos y frustraciones y una maravillosa naturalidad y costumbrismo en un Madrid moderno, un Madrid siempre acogedor y un Malasaña por el que siempre gusta pasear. Es obvio que el guion ayuda a que el espectador reconozca esas escenas diarias compartiendo piso: "queda tortilla, pero es de ayer, no sé..." o tantas otras situaciones que en menor o mayor medida hemos vivido, visto u oído. Esa banda sonora que a veces es pura nostalgia, ese "Greta y los Garbo", esa fotografía de las calles madrileñas, esos "speechs" de Dafne, esa voz en off que se ríe de la obviedad, de los momentos de vergüenza ajena, que reparte verdades como puños.
"Todo lo otro" es fresca, divertida, real y el reparto podría ser cualquiera de tus amigos que se quejan en un trabajo de mierda, que anoche tuvieron un rollete con el de "Tinder" pensando que sería su amor verdadero, que van al "Mad Cool" que salen a comer un kebab porque entra hambre y punto. "Todo lo otro" es la realidad, porque no necesitamos de artificios, ni efectos especiales para contar historias, en el día a día hay mucho jugo y bien lo sabe Abril Zamora que nos regala esta maravilla. No solo con su actuación, si no con ese guión, con ese ritmo narrativo y con el elenco que va desde lo entrañable hasta lo hostiable. Maravilla.

No hace falta esperar al último capítulo final, de la que espero que sea la primera temporada de varias, para poder decir que ver un capítulo de la misma, te arregla el día.