Dudo que si la película prescindiera de las escenas explicitamente sexuales entre las dos protagonistas (Guapísimas, por cierto, y siempre depiladas y listas para el momento, por cierto también...) hubiese tenido la más mínima repercusión (O sí, vete a saber, de pelis malas está el cine lleno)
Esta es una película totalmente plana, y además larga y tediosa (si leéis esto antes de verla, sabedlo, os puedo ahorrar 3 horas de vuestra vida) que evita en todo momento el conflicto.

Lo que se presenta como un drama respecto al propio conflicto de la sexualidad en la adolescencia acaba siendo una historia mediocre con los mismo registros del manido amor romántico, de hecho, bastante afectada por una visión patriarcal y pequeño burguesa.
Adele, es un personaje altamente ostiable, a ver si en una de estas espabila y deja de moquear y se pone a luchar por lo que quiere. Una adolescente de clase media, a la que nos quieren presentar más culta que el mundo que la rodea (unos padres que comen spaguettis, mirando la tele y sin hablar entre ellos, y unos compañeros de clase homófobos)
Emma, una egocéntrica de campeonato representando el rol masculino de la pareja (cada vez más exagerado). El peor rol que puede representar un hombre: paternalista, dominante y que se considera muy superior intelectualmente a su joven novia. Hasta el punto de llamarla puta por acostarse con otra. (y eso que antes de empezar con Adele, es ella la que tiene pareja) El viejo mito de Pigmalion. Todo ello enmarcado en su mundo de pequeña burgués con unos padres que comen ostras y le permiten ser la nini de la casa para centrarse en su arte.

Se evitan TODOS los conflictos que se presentan en la película: el conflicto de Emma con su pareja hasta que se enrolla con Adele, el conflicto de Adele con los compañeros de clase, el conflicto de Adele con sus padres al salir del armario, el conflicto de Adele con el entorno laboral y su homosexualidad... Esta no es una película sobre la homosexualidad, es un culebrón, encerrado en las cuatro paredes en las que viven las protagonistas.

Lo dicho, no perdáis tres horas de vuestra vida.