No sé si hay nudo o desenlace, no sé de qué va todo esto. Veo un actor que me creo completamente, todo es verdad hasta el punto de que no sé si realmente actúa o se le ha seguido en el camino de su apasionada cotidianeidad.

La dirección es impecable, la música, perfecta (Lou Reed, Rolling Stones, The animals, Nina Simone, etc). Uno va a Tokio durante todo el metraje. Yo no he pisado Japón en mi vida pero creo que tras ver esta película he estado allí verdaderamente.

Qué gozada las imágenes oníricas durante los sueños del protagonista; ¿he visto algo de David Lynch aquí?

Hay constantes referencias a lo hermosa que puede ser la miserable vida si se sabe encontrar el modo de hacerla masticables y desmedida.

Durante todo el visionado la próxima vez es la próxima vez y ahora es ahora.

Recomendada encarecidamente a los que leen a Faulkner a Aya Koda o a Patricia Highsmith; a los que se despiertan con el sonido de las escobas y, cómo no, a los analógicos que juegan al tres en raya con desconocidos y encuentran la belleza en los detalles monótonos de los días.