El Festival de la Mostra de València acoge en su 35ª edición ‘La viajante’, ópera prima del director Miguel Mejías. En ella relata el viaje sin rumbo de una joven fotógrafa en una huida existencial que la conducirá por parajes siniestros. En su periplo se enfrentará a situaciones que documenta a través de las imágenes que capta con la antigua cámara de su madre.

El novel director se atreve a descubrir un nuevo mundo donde priman los silencios y las pausadas panorámicas. Asimismo, se aleja del cine comercial para sorprendernos con una obra independiente y reflexiva pero, sobre todo íntima, en un tiempo donde no tiene cabida. Para ello, nos ofrece este singular paralelismo que como bien dice su director en la entrevista que le hemos hecho, “es una peli que abarca muchas sensaciones y necesita la gran pantalla”. Y más para una arriesgada propuesta donde posiblemente tenga una difícil acogida por parte del espectador.

‘La viajante’ se nos presenta con míseros diálogos en un proceso de guionización donde las imágenes deben de transmitir todo lo que la protagonista no puede. El metraje manifiesta infinidad de espacios vacíos a través de acciones que poco a poco nos despojarán de nuestros sentimientos para poder observar más allá de lo que cuenta. Cabe destacar el minucioso guion con el que nos sorprende Mejías y al que le dedicó 3 años por la perplejidad de trasladar una gran sensibilidad sin apenas diálogos.

Para la complicada representación de un personaje del que sólo conoces lo que ves, el director contó con la actriz Ángela Boix por la gran complicidad que ambos tienen. Ésta se encarna en un papel que nos trasladará a su lado para enseñarnos su historia y nos hará partícipes de su elocuente travesía por Canarias. A su lado, el actor Miquel Insua recién salido de la plataforma Movistar+ con una de las series revelación del año, ‘La unidad’. Su abstraído personaje, cambiará el perdido rumbo a Ángela en su sinfín de camino.

Para este meticuloso proyecto, Pablo G. Gallego, se eleva con una notable dirección de fotografía debido a las múltiples combinaciones de colores que es capaz de mostrar. Aunque parezca imposible el color rojo tinta la pantalla en más de una ocasión y demuestra su relevante manejo con una clara distinción de los espacios que recorre el Ford Taunus. Asimismo, destacan las diferentes localizaciones de Canarias que nos absorberán tanto por su belleza como por su composición.

‘La viajante’ no es la típica película que te encuentras en cartelera, es más, rehúye de los tópicos para mostrar la verdadera riqueza de lo sencillo y de lo natural. Es un pausado viaje que nos ofrece Mejías a través de la más pura inocencia con una gran necesidad de comprenderlo en la gran pantalla. A pesar de su mísero ritmo, el coche sólo nos recoge una vez y yo si fuera vosotros me subiría para disfrutar de esta experiencia.

CARLOS ANTOLÍN
TuCineCrítico
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