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Voto de Meroe:
6
6,9
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Serie de TV. Animación. Acción. Comedia. Drama
Serie de TV (2010). 13 episodios y 1 OVA. Existe un mundo después de la muerte, en donde las almas de las personas cuya vida fue injusta, tienen una segunda oportunidad de alcanzar la paz, y así volver a nacer. Pero la verdad es que nadie sabe muy bien cómo funciona este lugar donde no existen las enfermedades y no se puede morir (al menos de la forma que nosotros entendemos como muerte). Debido a la confusión se crean 2 bandos en ... [+]
21 de octubre de 2017
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Angel Beats! tiene un opening precioso, la clase de canción que sigues recordando mucho tiempo después de haber olvidado -al menos en parte- la historia que viste, y si bien es cierto que la música es uno de los entes que más nos hace conectar con nuestras emociones y recuerdos, en el caso de Angel Beats! adquiere un matiz especial: su canción My soul, your beats es realmente bonita, no en vano suele entrar en las listas de los Top 10 mejores Openings del anime. Nunca imaginé que iniciaría la opinión de un anime centrandome en su música de presentación, pero en éste caso concreto ha sido necesario porque My Soul, your beats no es que sea lo que más me ha gustado de Angel Beats!. Ha sido casi lo único.
Con toda la sinceridad del mundo éste anime me ha decepcionado hasta tal punto que tendría que retrotraerme mucho tiempo atrás para encontrar una serie que me dejara tan vacía como lo ha hecho Angel Beats!, con mis labios formulando una silenciosa pregunta que, desde luego, carece de respuesta: ¿Y ya está? Sin pretender ser cruel, al finalizar el último capítulo tuve la misma sensación que cuando acabé con Deadman Wonderland, el mismo desconcierto por haber dedicado tiempo a una historia que sentía que no me había aportado nada a cambio. Conocía la fama de Angel Beats! si bien nunca ahondé en profundidad en su argumento (nunca lo hago) para así reservarme todas las sorpresas posibles, de modo que como siempre mi mente estuvo abierta para recibir su esencia. El resultado, ha sido tal que lo he descrito. No sabría decir qué me esperaba exactamente de Angel Beats!, pero sí que esperaba mucho más de lo que he obtenido.
En general diría que es una historia cómica, si bien a medida que transcurren los capítulos el ambiente se tiñe de melancolía para preparar al espectador para las lágrimas que, se supone, debe derramar por ella. En honor a la verdad yo he llorado, pero por la belleza en notas de piano de My soul, your Beats, y también por el cansancio que supone ver toda una serie de golpe, capítulo tras capítulo, hasta la una de la madrugada… una vieja costumbre a la que a veces vuelvo. Volviendo al anime en sí, Angel Beats! comienza presentándonos un mundo practicamente idéntico al nuestro pero cuasi vacío, reservado a los fallecidos; un mundo al que acudes justo después de morir y antes de trascender. Pero sorprendetemente tan solo hay jóvenes japoneses allí; curioso ese pequeño matiz.
Otonashi abre los ojos en ese mundo sin recordar quién es ni cómo ha llegado allí. Es de noche y se ha despertado tendido en el suelo de lo que parece las zonas comunes de un típico instituto japonés, pero antes de que pueda siquiera pensar una voz le pregunta: Ah, ¿ya te has despertado? Otonashi se incorpora para asistir a la escena más surrealista de su vida. Una colegiala está agachada frente a él sosteniendo un rifle con mano experta como si fuera una francotiradora del ejército y, sin apartar la vista de la lente, le dice que si está allí es porque ha fallecido, como todos los que se encuentran en ese mundo. La joven se presenta como la líder de un frente de batalla en contra de Dios que pelea contra su Ángel (“Tenshi” en japones significa ángel) para evitar desaparecer; e inmediatamente después le pregunta al aturdido Otonashi si quiere unirse a ellos en su lucha. El chico mira por la lente y se asombra más si cabe al ver que Tenshi (el Ángel) a la que la francotiradora se refiere y tiene en el punto de mira es una bonita y menuda estudiante que únicamente parece estar haciendo ronda por el Instituto. Poco después aparece corriendo un segundo “soldado” portando otro rifle militar que pregunta alegremente si el reclutamiento ha finalizado con éxito. La aparición del muchacho sonriente y armado era el dato que le faltaba a Otonashi para terminar de decidirse a bajar hasta Tenshi, la única persona aparentemente normal y estable de aquel lugar. Pero al llegar hasta ella Otonashi recibe las mismas respuestas absurdas que antes: Tenshi le asegura que ha llegado al otro mundo, un puente entre el mundo de los vivos y la siguiente fase. Harto por la interminable situación y creyendo que todos están en el ajo, el chico desafía a Tenshi a que le demuestre que está muerto, reto al que ella inmediatamente responde apuñalandole en el corazón.
Otonashi despierta abruptamente en la cama de una enfermería de instituto. En su cuerpo no hay marca alguna de daño pero él recuerda perfectamente haber visto a Tenshi correr hacia él blandiendo un enorme cuchillo de luz que le salía del brazo. Junto a Otonashi, tendidas en una silla están sus ropas, rasgadas y ensangrentadas. El chico se levanta aterrorizado, determinado a huir de aquel lugar de locos pero no llega muy lejos porque en la puerta aparece otro sujeto malencarado portando una enorme guadaña que acusa a Otonashi de haber insultado a Yurippe y estropeado su propia bienvenida; para inmediatamente después asestarle cien golpes con la guadaña y salir de allí como si tal cosa. Otonashi se despierta poco después en el charco de su propia sangre y no puede sino admitir la realidad: por lógica los únicos que no mueren cuando les apuñalan son aquellos que ya están muertos. El chico recuerda las palabras de la francotiradora vestida de colegiala, Yurippe, que le aseguró que era su aliada; y a Otonashi no le queda otra opción que buscarla, al menos para obtener respuestas sobre ese lugar, porque sobre sí mismo no recuerda nada.
Con toda la sinceridad del mundo éste anime me ha decepcionado hasta tal punto que tendría que retrotraerme mucho tiempo atrás para encontrar una serie que me dejara tan vacía como lo ha hecho Angel Beats!, con mis labios formulando una silenciosa pregunta que, desde luego, carece de respuesta: ¿Y ya está? Sin pretender ser cruel, al finalizar el último capítulo tuve la misma sensación que cuando acabé con Deadman Wonderland, el mismo desconcierto por haber dedicado tiempo a una historia que sentía que no me había aportado nada a cambio. Conocía la fama de Angel Beats! si bien nunca ahondé en profundidad en su argumento (nunca lo hago) para así reservarme todas las sorpresas posibles, de modo que como siempre mi mente estuvo abierta para recibir su esencia. El resultado, ha sido tal que lo he descrito. No sabría decir qué me esperaba exactamente de Angel Beats!, pero sí que esperaba mucho más de lo que he obtenido.
En general diría que es una historia cómica, si bien a medida que transcurren los capítulos el ambiente se tiñe de melancolía para preparar al espectador para las lágrimas que, se supone, debe derramar por ella. En honor a la verdad yo he llorado, pero por la belleza en notas de piano de My soul, your Beats, y también por el cansancio que supone ver toda una serie de golpe, capítulo tras capítulo, hasta la una de la madrugada… una vieja costumbre a la que a veces vuelvo. Volviendo al anime en sí, Angel Beats! comienza presentándonos un mundo practicamente idéntico al nuestro pero cuasi vacío, reservado a los fallecidos; un mundo al que acudes justo después de morir y antes de trascender. Pero sorprendetemente tan solo hay jóvenes japoneses allí; curioso ese pequeño matiz.
Otonashi abre los ojos en ese mundo sin recordar quién es ni cómo ha llegado allí. Es de noche y se ha despertado tendido en el suelo de lo que parece las zonas comunes de un típico instituto japonés, pero antes de que pueda siquiera pensar una voz le pregunta: Ah, ¿ya te has despertado? Otonashi se incorpora para asistir a la escena más surrealista de su vida. Una colegiala está agachada frente a él sosteniendo un rifle con mano experta como si fuera una francotiradora del ejército y, sin apartar la vista de la lente, le dice que si está allí es porque ha fallecido, como todos los que se encuentran en ese mundo. La joven se presenta como la líder de un frente de batalla en contra de Dios que pelea contra su Ángel (“Tenshi” en japones significa ángel) para evitar desaparecer; e inmediatamente después le pregunta al aturdido Otonashi si quiere unirse a ellos en su lucha. El chico mira por la lente y se asombra más si cabe al ver que Tenshi (el Ángel) a la que la francotiradora se refiere y tiene en el punto de mira es una bonita y menuda estudiante que únicamente parece estar haciendo ronda por el Instituto. Poco después aparece corriendo un segundo “soldado” portando otro rifle militar que pregunta alegremente si el reclutamiento ha finalizado con éxito. La aparición del muchacho sonriente y armado era el dato que le faltaba a Otonashi para terminar de decidirse a bajar hasta Tenshi, la única persona aparentemente normal y estable de aquel lugar. Pero al llegar hasta ella Otonashi recibe las mismas respuestas absurdas que antes: Tenshi le asegura que ha llegado al otro mundo, un puente entre el mundo de los vivos y la siguiente fase. Harto por la interminable situación y creyendo que todos están en el ajo, el chico desafía a Tenshi a que le demuestre que está muerto, reto al que ella inmediatamente responde apuñalandole en el corazón.
Otonashi despierta abruptamente en la cama de una enfermería de instituto. En su cuerpo no hay marca alguna de daño pero él recuerda perfectamente haber visto a Tenshi correr hacia él blandiendo un enorme cuchillo de luz que le salía del brazo. Junto a Otonashi, tendidas en una silla están sus ropas, rasgadas y ensangrentadas. El chico se levanta aterrorizado, determinado a huir de aquel lugar de locos pero no llega muy lejos porque en la puerta aparece otro sujeto malencarado portando una enorme guadaña que acusa a Otonashi de haber insultado a Yurippe y estropeado su propia bienvenida; para inmediatamente después asestarle cien golpes con la guadaña y salir de allí como si tal cosa. Otonashi se despierta poco después en el charco de su propia sangre y no puede sino admitir la realidad: por lógica los únicos que no mueren cuando les apuñalan son aquellos que ya están muertos. El chico recuerda las palabras de la francotiradora vestida de colegiala, Yurippe, que le aseguró que era su aliada; y a Otonashi no le queda otra opción que buscarla, al menos para obtener respuestas sobre ese lugar, porque sobre sí mismo no recuerda nada.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Angel Beats! comienza con un aire misterioso y cuasi creíble que inmediatamente se viste de comedia sencilla y absurda, lo cual queda patente la segunda vez que Otonashi es “asesinado” por el chico de la guadaña. A partir de éste bizarro encuentro nuestro protagonista se une a Yurippe y su equipo militar, un heterogéneo grupo de estudiantes cada cual más curioso, cuyo objetivo final es destruir a Tenshi. Y es que descubrieron tiempo atrás que todo aquel que sigue las normas dictadas por “el Ángel” -que no son sino las normas de un instituto corriente: asistir a clase, hacer actividades, portarse bien…- desaparece para siempre. La creencia más extendida es que dicha desaparición implica que el alma ha trascendido y se ha reencarnado, pero en realidad nadie lo sabe con seguridad, nadie sabe qué ocurre después de ese mundo; y esa incertidumbre por desaparecer y dejar de ser ellos mismos les aterroriza. Pelean contra Tenshi para seguir “existiendo".
Dicho así parece una historia interesante e intensa pero no es el caso de Angel Beats!, que si bien posee en sus inicios varios elementos con una potente carga dramática no los aplica apropiadamente para mantener una tensión argumental. No es difícil imaginar el miedo de los personajes a desaparecer, tal que el resto de seres humanos tenemos miedo a morir, pero éste elemento apenas se muestra en el anime y en su lugar nos presentan a los colegiales-soldados como un grupo de rebeldes sin causa en plena y caótica adolescencia. Antes he mencionado deliberadamente “en sus inicios” porque Angel Beats! es de esos animes que hace uso de innumerables vueltas de tuerca pensadas para impresionar a los espectadores más obtusos (o más jóvenes), pero aquellos que hemos visto suficientes animes lo observamos con condescendencia.
Es cierto que el miedo a “irse” es un jugosa herramienta de la que se vale Angel Beats!, pero ésta pronto pierde fuerza cuando se descubre que aquellos que desaparecen no lo hacen por seguir las normas de Tenshi, sino porque en algún momento en ese mundo hallaron la paz. Aunque Angel Beats! no dedique tiempo a sus personajes se explica que cada uno de los jóvenes de ese mundo tuvo una infancia dura e infeliz y ese espacio, ese puente entre el mundo de los vivos y la reencarnación se creó para que todas las almas desdichadas que murieron demasiado jovenes aprendieran a perdonarse a ellas mismas. La desaparición, por ende, adquiere matices de alivio y redención para esas jóvenes personas.
Pero claro, eso también implicaba que Tenshi no es “la mala” de la historia, así que Angel Beats! dedica los capítulos que le quedan a buscar al villano contra el que el Frente debe luchar porque, si no hay un objetivo ¿cómo va a haber un propósito? Haciendo gala de poseer la mente más racional de todo Angel Beats! Otonashi menciona en varios momentos que no ve el motivo de ser de la lucha iniciada por Yurippe (Matais a Tenshi, le recrimina el muchacho ¿Y luego qué?). ¿Y luego qué? Nunca hubo respuesta a esa pregunta, como tampoco Angel Beats! encuentra una razón de ser tras el descubrimiento de la humanidad de Tenshi. Lo que sigue son varios capítulos más con sus correspondientes giros argumentales que no llevan a ninguna parte. Todo hasta llegar al dilatado momento final en el que los chicos deciden que ha llegado el momento de decir adiós, de ser valientes y aceptar su siguiente vida. Casi todos, en honor a la verdad.
Sin tensión ni drama, Angel Beats! salta de la comedia absurda a la tragedia lacrimógena cada vez con más asiduidad hasta que finalmente éste último género acaba por imponerse. En realidad no critico ni su final ni su forma, sin embargo sí creo que para contar ésta historia seis capítulos habrían sido suficientes, sin giros ni extrañas vueltas de tuerca. Sinceramente no he encontrado nada que me haya aportado a cambio del tiempo que le he dedicado. Nada quizás, a excepción de My Soul, your Beats; lo mejor y muy pronto lo único que recordaré de éste anime.
Dicho así parece una historia interesante e intensa pero no es el caso de Angel Beats!, que si bien posee en sus inicios varios elementos con una potente carga dramática no los aplica apropiadamente para mantener una tensión argumental. No es difícil imaginar el miedo de los personajes a desaparecer, tal que el resto de seres humanos tenemos miedo a morir, pero éste elemento apenas se muestra en el anime y en su lugar nos presentan a los colegiales-soldados como un grupo de rebeldes sin causa en plena y caótica adolescencia. Antes he mencionado deliberadamente “en sus inicios” porque Angel Beats! es de esos animes que hace uso de innumerables vueltas de tuerca pensadas para impresionar a los espectadores más obtusos (o más jóvenes), pero aquellos que hemos visto suficientes animes lo observamos con condescendencia.
Es cierto que el miedo a “irse” es un jugosa herramienta de la que se vale Angel Beats!, pero ésta pronto pierde fuerza cuando se descubre que aquellos que desaparecen no lo hacen por seguir las normas de Tenshi, sino porque en algún momento en ese mundo hallaron la paz. Aunque Angel Beats! no dedique tiempo a sus personajes se explica que cada uno de los jóvenes de ese mundo tuvo una infancia dura e infeliz y ese espacio, ese puente entre el mundo de los vivos y la reencarnación se creó para que todas las almas desdichadas que murieron demasiado jovenes aprendieran a perdonarse a ellas mismas. La desaparición, por ende, adquiere matices de alivio y redención para esas jóvenes personas.
Pero claro, eso también implicaba que Tenshi no es “la mala” de la historia, así que Angel Beats! dedica los capítulos que le quedan a buscar al villano contra el que el Frente debe luchar porque, si no hay un objetivo ¿cómo va a haber un propósito? Haciendo gala de poseer la mente más racional de todo Angel Beats! Otonashi menciona en varios momentos que no ve el motivo de ser de la lucha iniciada por Yurippe (Matais a Tenshi, le recrimina el muchacho ¿Y luego qué?). ¿Y luego qué? Nunca hubo respuesta a esa pregunta, como tampoco Angel Beats! encuentra una razón de ser tras el descubrimiento de la humanidad de Tenshi. Lo que sigue son varios capítulos más con sus correspondientes giros argumentales que no llevan a ninguna parte. Todo hasta llegar al dilatado momento final en el que los chicos deciden que ha llegado el momento de decir adiós, de ser valientes y aceptar su siguiente vida. Casi todos, en honor a la verdad.
Sin tensión ni drama, Angel Beats! salta de la comedia absurda a la tragedia lacrimógena cada vez con más asiduidad hasta que finalmente éste último género acaba por imponerse. En realidad no critico ni su final ni su forma, sin embargo sí creo que para contar ésta historia seis capítulos habrían sido suficientes, sin giros ni extrañas vueltas de tuerca. Sinceramente no he encontrado nada que me haya aportado a cambio del tiempo que le he dedicado. Nada quizás, a excepción de My Soul, your Beats; lo mejor y muy pronto lo único que recordaré de éste anime.