Hace tiempo que no escribo ninguna crítica, aunque no he parado de ver películas, claro, pero metida en el rollo de vivir y sobrevivir en estos tiempos tan duros, me costaba encontrar tiempo, ánimo y motivos para escribir algo ligerito y positivo para aliviar lo que hay por ahí fuera... hasta que, anoche mismo, vi esta película. Y me divertí. Me reí y me entretuvo todo el rato que duró. Incluso, a ratos, me emocioné con esos dos feos cachondos y su humor negro de andar por casa, de reír por no llorar, de la dichosa "ajo y resina" y de al mal tiempo, buena cara... y de feos, nada...

Porque la risa les ayudaba mucho a enguapecerse. Y el amorcito, más... Que el problema que tenían Eliseo y Nati es que estaban solos y no tenían un compañero para pasarlo rico-rico, que cuando lo encuentran, o mejor, cuando se encuentran y están contentos y son felices, de feos nada.

Así que me ha parecido una película linda, entretenida, positiva, inteligente y chispeante. Y "ligera", sin pretensiones, sencilla y espontánea, y eso también me ha gustado mucho. Las actuaciones de Javier Cámara y Carmen Machi, y colegas, allegados, vecinos y paisanos, no lo parecían porque destilaban naturalidad, humanidad, gracia y ternura. Y todo sin esperpento, ni mal gusto, solo ganas de mucho reir en tiempos de mucho llorar, por eso... de feos, nada.