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Voto de Black Floyd:
6
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Drama. Terror. Thriller
Michael Kovak (Colin O'Donoghue), un decepcionado seminarista norteamericano, decide asistir a un curso de exorcismos en el Vaticano, lo que hará que su fe se tambalee y tenga que enfrentarse a terribles fuerzas demoniacas. En Roma conocerá al Padre Lucas (Hopkins), un sacerdote poco ortodoxo que le enseñará el lado oscuro de la Fe. (FILMAFFINITY)
18 de febrero de 2011
7 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
No quedará en la historia, de esto no tengo dudas, pero creo que tampoco debería ensañarme con este tipo de películas. Entretiene lo justo, se toma parcialmente en serio lo que cuenta, con algunos chistes y cuotas de humor moderno, propio del cine palomitero, insertados en el medio de exorcismos y rostros demoníacos. Las actuaciones, si bien algo frías, son pasables, correctas al menos aunque por momentos, no demasiado creíbles. La musicalización resulta monótona, pero efectiva y agradable al mismo tiempo y deja un leve sabor a melancolía. El tema no es nuevo y vuelve a la duda, la ciencia, lo visible, lo palpable y demostrable, en constante oposición al acto de fé, a la religión a lo intangible e inexplicable.
Creo que cumple con el propósito básico, que es el de entretener, y si no se le exige demasiado, se puede salir conforme del cine, si bien no extasiado ni deslumbrado.
Detalles abajo.
Creo que cumple con el propósito básico, que es el de entretener, y si no se le exige demasiado, se puede salir conforme del cine, si bien no extasiado ni deslumbrado.
Detalles abajo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Michael Novak (Colin O'Donoghue) es un joven que trabaja con su padre, Istvan Kovak (Rutger Hauer) en un negocio familiar, que consiste en limpiar, maquillar y vestir a los muertos. Un poco por la rutinaria y nada agradable tarea de emperifollar a los difuntos, y otro tanto por la vida apagada, la temprana muerte de su madre, y la relación algo fría con su padre, lleva a Michael a construir un carácter de tibia indolencia y de un obstinado escepticismo.
Michael pretende para su destino algo mejor que lavar cadáveres y se le ocurre la fabulosa idea de meterse en la carrera del sacerdocio, a pesar de su falta de fe, por unas bellas palabras de su madre, quién le había dicho que Dios había puesto la mano en él de una manera especial.
Al llegar al Vaticano, luego de haber pasado los exámenes, se encuentra con que no es lo que esperaba y decide marcharse de allí, renunciando a la carrera. Un accidente de tránsito, en el cuál otorga su bendición a una moribunda, le persuade de momento a permanecer un tiempo más. Posteriormente, es enviado como aprendiz de un exorcista, el padre Lucas (Anthony Hopkins), quién entrenará al joven principalmente en el fortalecimiento de su fe y el delicado y extravagante oficio de quitar los demonios de los cuerpos de las personas. Una serie de extraños y escalofriantes acontecimientos convencerán a Michael de su error, y acrecentarán su fe hasta la absoluta pérdida de descreimiento, y solidificará la profesión y el amor por Dios y su vocación.
Por último dejo una humorada del gran Ambrose Bierce extraída de su maravilloso "Diccionario del diablo" y corresponde a la definición de la palabra "POSESO":
"Un capellán del ejército de Cromwell exorcisó a un soldado arrojándolo al agua, donde su demonio salió a la superficie. No ocurrió lo mismo, infortunadamente, con el soldado" (Fragmento).
Michael pretende para su destino algo mejor que lavar cadáveres y se le ocurre la fabulosa idea de meterse en la carrera del sacerdocio, a pesar de su falta de fe, por unas bellas palabras de su madre, quién le había dicho que Dios había puesto la mano en él de una manera especial.
Al llegar al Vaticano, luego de haber pasado los exámenes, se encuentra con que no es lo que esperaba y decide marcharse de allí, renunciando a la carrera. Un accidente de tránsito, en el cuál otorga su bendición a una moribunda, le persuade de momento a permanecer un tiempo más. Posteriormente, es enviado como aprendiz de un exorcista, el padre Lucas (Anthony Hopkins), quién entrenará al joven principalmente en el fortalecimiento de su fe y el delicado y extravagante oficio de quitar los demonios de los cuerpos de las personas. Una serie de extraños y escalofriantes acontecimientos convencerán a Michael de su error, y acrecentarán su fe hasta la absoluta pérdida de descreimiento, y solidificará la profesión y el amor por Dios y su vocación.
Por último dejo una humorada del gran Ambrose Bierce extraída de su maravilloso "Diccionario del diablo" y corresponde a la definición de la palabra "POSESO":
"Un capellán del ejército de Cromwell exorcisó a un soldado arrojándolo al agua, donde su demonio salió a la superficie. No ocurrió lo mismo, infortunadamente, con el soldado" (Fragmento).