Mejor que la primera, pero, ¿sabéis por qué? Porque era difícil fastidiar por segunda vez un material original tan jugoso (no voy a decir "bueno" ni "original" porque aún me lo estoy pensando) para adaptar esta idea tan sangrienta y peligrosa para menores de 13 años. Además, este libro no era tan jugoso para empezar, siendo mitad de trilogía y avanzando hacia nuevo territorio épico en la distopía, en vez de quedarnos en el de acción y puro morbo. Pero bueno, segundas partes es lo que tienen... Dentro de lo que cabe, no está nada mal si mejora a la primera, tengo que decir que todo aquí es competente y el director y sus secuaces hacen un buen trabajo. Hay tensión, hay progreso, hay... un doblaje HORRIBLE de la hermana de Katniss. Pero hay una película de la que no despegas los ojos. Eso se merece mi aprobado.

Ahora, eso sí, lo que son Katniss y su pandilla se quedan siempre a medio gas. No importa que ahora veamos a personajes más interesantes, ya con unos añitos, un trasfondo y un trauma que te tiene clavado en la butaca, siempre me estoy rascando la cabeza ante sus acciones, sus palabras y decisiones, en los que, tras un ratito, empiezo a ver más agujeros que auténtico convencimiento de que el mundo este está muy, muy mal. Hasta me aburren esos monos CGI asesinos que se quedan siempre mirando y aullando pero nunca atacan cuando tienen que atacar (esto me pone de los nervios en muchas otras películas, esta no es especial). Los personajes y la acción me gustan, me encantan los conflictos, el miedo, los dilemas... pero a todo le falta garra. Y ya sé cuál es esa garra.

Katniss, ya sé que estás triste y muy traumatizada, y me parece bien que tu personalidad feminista no sea cínica, ni chulesca, ni autoritaria, ni salvaje. ¡Pero es que es difícil quererte si lloras tan mal y ríes tan poco!

Katniss, hija, sonríe un poco más.