Desde luego que a Network le pesan los años al hablar de una sátira pues el ser humano ha sobrepasado límites insospechados en cuánto al detrimento del ser humano por buscar fama o tener una cámara apuntándole con la gente mirando fijamente, sin importar el grado de humillación o vejación al que el individuo pueda estar sometiéndose.

Dicho lo cuál, es el único punto débil de el filme en cuestión PORQUE EL RESTO DE LA PELÍCULA ESTÁ A LA ALTURA DE LAS CIRCUSTANCIAS SIN IMPORTAR CUÁNTO TIEMPO PASE.

Los cuatro personajes principales (por no decir únicos) se mueven como pez en el agua. Sus personajes cambian y durante el metraje uno llega a comprender esos cambios (véase la amistad que une a Holden y Finch, la amistad entre Duvall y Dunaway, Dunaway y Holden). Uno tiene interés no sólo en que va a pasar con Howard sino con el resto de personajes, de la misma manera que hasta que punto van a llegar las maquinaciones de los protagonistas.

Y esto sólo podría sostenerse con unos diálogos brillantes y un reparto sólido. Los actores impresionantes (destacando Dunaway) y los diálogos entre ellos vivos, adultos y sobre diversas temáticas. Los intereses de cada uno quedan retratados fielmente con lo cuál uno puede llegar a comprender mejor las acciones de los cuatro personajes.

Y es que son dos horas pero se pasan tremendamente rápidas. No sobra ni una sola escena, ningún momento queda en ridículo (véase sobre todo aquí las escenas de Finch, en las que uno puede contemplar con dolor la locura de hombre que está obteniendo un éxito inesperado, en vez de un montón de chistes y basuras similares). Con además el añadido de que como mencionado previamente, la realidad ya ha superado a la ficción (miren los videntes televisivos como ejemplo).

ES y ERA un filme necesario. Ya no sólo únicamente como herramienta de estudio sobre la adicción a la fama, las trampas de las televisiones y demás, sino como elemento de estudio de la AMBICIÓN Y DEL COMPORTAMIENTO HUMANO.