Es curioso como una película basada en hechos reales como "A la deriva" logra convertir una trama verosímil en un sin sentido narrativo. Lo ridículo y descabellado en los comportamientos y reacciones de los actores logran cortar de manera tajante la débil identificación con los personajes y su lamentable situación. Si bien podría entrar en la clasificación de "suspenso", la manera en que se desenvuelven las personalidades de los protagonistas es poco convincente, y en vez de generar un trasfondo psicológico que complemente la horrible experiencia por la que pasan, termina convirtiéndose en una tragicomedia superficial y fútil.