Si al terminar la película eres de aquellos muchos que añoran la calidad de la trilogía anterior, queda claro que era innecesaria una nueva película sobre la historia de Max. La sola idea de disfrutar de una nueva entrega era excitante, pero la alarmante falta de ideas del Hollywood actual lleva a los productores a financiar esta película repleta de adrenalina sin descanso, pero carente de cualquier atisbo de personalidad tanto en los diálogos como en la construcción de los personajes.

Las comparaciones son odiosas, y ya hemos escuchado suficientes, por lo que lo mejor es quedarse con las virtudes de “Mad Max: Furia en la carretera”. El problema es que son muy pocas por no decir ninguna. La nula originalidad de este simple guión lleva a la película a exprimir hasta la saciedad la acción inexplicable. La persecución en la que se embarcan los protagonistas (solo una y dura toda la película) es vistosa y espectacular, pero se rodea de tanta explosión y ruido que es difícil de disfrutar sin perderse. Ese camión hecho para el combate pero que parece tan frágil o incluso más que el resto de los coches que le persiguen continúa su camino para llevar a las concubinas hastas de ser tratadas como cosas hasta la tierra prometida.

La historia es tan simple que muchas de las situaciones son bastante ridículas. Solo así podemos ver cómo se salvan a pesar de llevar múltiples disparos y puñaladas en el cuerpo, acabar con los dos mil enemigos que le acechan, perder y recuperar distancias de un momento a otro… Elementos sin importancia para un blockbuster veraniego al uso, pero no para el homenaje que pretende ser.

Con el caramelo de formar parte de la reinvención de la saga, el proyecto atrajo a un par de estrellas actuales como protagonistas. La presencia de Hardy y Theron como héroes de acción es estimulante, pero ante un guión en el que los diálogos son testimoniales, poco se puede hacer. Aún así son lo mejor de la película que explota los espectaculares efectos especiales de los que dispone.

Mucha expectación había sobre cómo desarrollaría el argumento una historia que tuvo su momento cumbre a principios de los años 80, pero que en la actualidad no es tan transgresora como aquéllas, dejando de ser relevante en cuanto uno se mete en la historia y ve cómo no solo no tendrá relevancia pasados unos años, sino que será olvidada en cuanto desaparezca de las salas.