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España España · Madrid
Voto de Moody:
5
Comedia Tras ganar el campeonato del mundo, las Bellas se separan y descubren que es difícil encontrar trabajo en el mundo de la música. Pero cuando tienen la oportunidad de reunirse para un tour en el extranjero, el grupo volverá a hacer música y a tomar algunas decisiones dudosas. (FILMAFFINITY)
10 de marzo de 2018
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Llegando al punto en el que se piensa hacer una tercera entrega, cualquier franquicia debe hacerse la misma pregunta. ¿Estará bien seguir explotando la misma línea, o sería mejor cerrar la saga con algo diferente? “Dando la nota” también se formula la pregunta, pero duda en su elección y se queda a medio camino.

Es lógico no desterrar la idea que le ha llevado al éxito y por eso ‘Las Bellas’ hacen acto de presencia casi desde el principio. Al argumento le importa muy poco sus vidas actuales a pesar de que ha pasado tiempo desde la última vez, y eso le resta interés por parte de un espectador que, cómo si no, está esperando la primera actuación. La razón que comienza la acción del grupo es bastante pobre y está cogida con alfileres, de hecho solo parece estar concebida como un videoclip del nuevo single de una Hailee Steinfeld que gana mucho más peso en la trama en comparación con la anterior entrega.

Después de este comienzo que no funciona, la película intenta enderezar el camino tirando de experiencia con batallas de grupos, pero también intenta innovar en su discurso con alguna trama más personal que afecte a algún personaje y saliendo al extranjero, incluyendo España, para renovar escenarios e ideas. Se aprecia un intento de salir de la zona segura y arriesgar, pero en los momentos complicados vuelve a lo que conoce, y es que ya no hay más competiciones entre grupos y eso se nota.

Entre el reparto tampoco hay novedades, si acaso un crecimiento del personaje de Wilson desarrollando una trama ridícula incluso para un Austin Powers cualquiera y sin ninguna gracia, o la afirmación definitiva, si es que aún quedaba duda, de que Kendrick es la absoluta estrella de la actuación. El resto vuelve a esas coreografías repetitivas mientras canta a capella.

Ante la falta de originalidad, la película recurre a una mezcla de géneros en la que el sentimentalismo gana importancia, solo hay que ver el número final o las tramas románticas, y en la que se pierde en parte el espíritu de una saga y la frescura que han permitido que “Dando la nota” llegara hasta aquí.
Moody
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