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Finlandia Finlandia · Alicante/Alacant
Voto de Kosti:
8
Drama El viejo Shukichi Hirayama (Hashizume) y su esposa Tomiko (Yoshiyuki) viven en una pequeña isla. Aunque no les gusta la vida urbana, van a Tokio a pasar unos días con sus hijos. El mayor (Masahiko Nishimura) dirige un hospital; la mediana (Tomoko Nakajima) es dueña de un salón de belleza, y el pequeño (Satoshi Tsumabuki) trabaja en el teatro. Remake de "Cuentos de Tokio" de Yasujiro Ozu. (FILMAFFINITY)
11 de noviembre de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
‘Una familia de Tokio’ pertenece a esa rama del cine que no está para sorprender ni para dejar alucinados a todos. Es de esas historias que va poco a poco, paso a paso presentándonos a una familia, un grupo de personajes con lazos sanguíneos que lo único que pretenden es mostrarnos sus vidas, sus quehaceres diarios, sus relaciones personales, sus miedos, sus esperanzas, sus anhelos y sus sueños. Yamada, cual pintor realista, se arma con pincel y paleta y comienza a dar las primeras pinceladas a un cuadro al que le dedica mucho tiempo. Lo pinta con calma, intentando no cometer errores, y dibuja perfectamente el contorno de lo que será una fotografía casi perfecta. En sus trazos Yamada huye de la sensiblería, de los giros extraños y de manchurrones que puedan estropear el lienzo, y nos presenta la historia y sus personajes tal cual son, con sus virtudes y defectos, pero lo mejor es que deja un pequeño espacio al “autorretrato”, un lugar donde el espectador puede verse reflejado, como si de una pintura viva se tratase.
Abandonando las metáforas pictóricas, podemos decir que en Yamada la familia es un tema recurrente, así como lo fue en Ozu. Para ello, el japonés se rodea de un reparto magnífico, un grupo de actores que consiguen hacernos creer que, efectivamente, existen fuertes lazos entre ellos, y que sus relaciones van más allá de la simple representación en una gran pantalla. Consiguen enamorarnos, ponernos furiosos, llegar a tener un sentimiento de odio hacia ellos o simplemente emocionarnos hasta el punto de la lágrima, y es que, como en toda familia, el drama siempre está servido. Uno de los mayores fuertes de ‘Una familia de Tokio’ es, por eso, su reparto, que consigue un trabajo, tanto interno (entre ellos) como externo (hacia el espectador) brillante. En realidad, su fuerte es el conjunto en sí, ya que el reparto sin su director y sin esta historia que cuenta, y viceversa, no llegaría a la grandeza que, esperemos, consigue. Efectivamente, Yôji Yamada realiza un trabajo espléndido, quizás un poco largo (motivo que lastrará el visionado de gran número de espectadores), pero grandioso. En su labor es capaz de pasar de una visión de conjunto a un trazo sobre la individualidad de cada uno de los miembros de esta familia sin darnos casi cuenta, y consigue un final redondo que (creo) no dejará a nadie sin reacción.

Para aquellos que quieran disfrutar de una historia de verdad y descubrir el verdadero significado de la palabra familia
Lo mejor: Un reparto de lujo, una historia preciosa y una dirección brillante
Lo peor: No todos los espectadores sabrán sacar todo lo bueno que hay en ella
Kosti
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