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Voto de Quatermain80:
8
7,2
770
Western
Considerada la mejor película de la época muda de John Ford, un western alrededor del ferrocarril y el espíritu pionero de los Estados Unidos de América. El presidente Lincoln ha autorizado la construcción de un enlace entre las líneas ferroviarias de la Union Pacific y la Central Pacific. Un contratista (Will Walling) y un topógrafo (George O´Brien) emprenden viaje con el objetivo de trazar la ruta idónea, pero, aunque logran localizar ... [+]
5 de junio de 2011
14 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo que muy pocos aficionados pueden decir honestamente que conocen la obra de John Ford; sí se puede dominar su filmografía sonora, pero el resto... esa interminable ristra de filmes que se pierden en la noche del tiempo, cuando casi todos los planos eran fijos y las voces (no la música) inexistentes, siguen siendo un gran misterio para la mayoría.
Y esto tiene su importancia, porque la gran maestría narrativa y cinematográfica de Ford se desarrolló a lo largo de todos aquellos años del cine mudo, hasta el punto de que esta película puede considerarse ya una obra de madurez, un clásico, pues su autor, con apenas veintinueve años por entonces, llevaba a sus espaldas 39 largos, y unos cuantos cortos y medios más. Por lo tanto, en esta su cuadragésima realización, Ford demuestra ya un saber hacer y un dominio de los temas y el estilo muy notables, circunstancia que hace que el filme sea muy reconocible para sus seguidores, entre los que me cuento.
La película tiene un tono épico e histórico, pero sabiamente canalizado y humanizado por medio de los característicos personajes fordianos, que encarnan siempre la tenacidad ante las dificultades, así como el espíritu emprendedor de los pioneros, capaz de vencer todos los peligros en pos de la consecución de ese sueño de libertad y progreso que encarna el Oeste. Aunque existen unos protagonistas claramente marcados, Ford concede máxima importancia a los colectivos que hacen posible la línea férrea, ya sean inmigrantes europeos (irlandeses, italianos) o chinos; los personajes más cómicos del filme se encuentran aquí, con ese trío que conforman sargento, cabo y soldado, en el que podemos reconocer los arquetipos clásicos que tantas veces empleará Ford en sus obras posteriores. La película incluye también a los vaqueros, los indios y las mujeres, y plasma todos los momentos clásicos que caracterizan un Western, como las peleas de Saloon, los duelos, los ataques indios, la lenta pero incansable construcción de las vías, las cabalgadas a través de inmensos espacios, etc. También se mezclan, con pasmosa facilidad, fragmentos épicos, humorísticos y dramáticos, todos ellos bien resueltos, y sabiamente intercalados.
Leo que a algunos usuarios se les hace larga, quizás por cierta sobreabundancia de intertítulos; en efecto, el dominio del cine mudo de Ford, pese a ser considerable, no alcanza la excelencia de un Murnau o un Eisenstein, que no precisaban palabras para expresar todas las emociones posibles. No obstante, a mí no se me ha hecho pesada en ningún momento, y encuentro que es una obra muy ambiciosa, llena de momentos estupendos. Continúa en spoiler.
Y esto tiene su importancia, porque la gran maestría narrativa y cinematográfica de Ford se desarrolló a lo largo de todos aquellos años del cine mudo, hasta el punto de que esta película puede considerarse ya una obra de madurez, un clásico, pues su autor, con apenas veintinueve años por entonces, llevaba a sus espaldas 39 largos, y unos cuantos cortos y medios más. Por lo tanto, en esta su cuadragésima realización, Ford demuestra ya un saber hacer y un dominio de los temas y el estilo muy notables, circunstancia que hace que el filme sea muy reconocible para sus seguidores, entre los que me cuento.
La película tiene un tono épico e histórico, pero sabiamente canalizado y humanizado por medio de los característicos personajes fordianos, que encarnan siempre la tenacidad ante las dificultades, así como el espíritu emprendedor de los pioneros, capaz de vencer todos los peligros en pos de la consecución de ese sueño de libertad y progreso que encarna el Oeste. Aunque existen unos protagonistas claramente marcados, Ford concede máxima importancia a los colectivos que hacen posible la línea férrea, ya sean inmigrantes europeos (irlandeses, italianos) o chinos; los personajes más cómicos del filme se encuentran aquí, con ese trío que conforman sargento, cabo y soldado, en el que podemos reconocer los arquetipos clásicos que tantas veces empleará Ford en sus obras posteriores. La película incluye también a los vaqueros, los indios y las mujeres, y plasma todos los momentos clásicos que caracterizan un Western, como las peleas de Saloon, los duelos, los ataques indios, la lenta pero incansable construcción de las vías, las cabalgadas a través de inmensos espacios, etc. También se mezclan, con pasmosa facilidad, fragmentos épicos, humorísticos y dramáticos, todos ellos bien resueltos, y sabiamente intercalados.
Leo que a algunos usuarios se les hace larga, quizás por cierta sobreabundancia de intertítulos; en efecto, el dominio del cine mudo de Ford, pese a ser considerable, no alcanza la excelencia de un Murnau o un Eisenstein, que no precisaban palabras para expresar todas las emociones posibles. No obstante, a mí no se me ha hecho pesada en ningún momento, y encuentro que es una obra muy ambiciosa, llena de momentos estupendos. Continúa en spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Así, son muy destacables, dentro de los momentos dramáticos, la muerte del padre del protagonista, considerablemente cruda para la época (estamos en 1924) o la del viejo sargento, que causa consternación entre sus amigos y compañeros de trabajo. También hay una secuencia breve, pero muy dura, en la que un cadáver es abandonado sin enterrar del todo, ante el desconsolado llanto de su viuda. Con estos fragmentos Ford enfatiza el sacrificio que comportan los grandes retos y sueños, que no pueden alcanzarse sin pérdidas dolorosas. Entre las secuencias épicas, todas las protagonizadas por los indios, desde las que nos los muestran cabalgando en la inmensidad de las praderas, con un marco montañoso al fondo, por medio de grandes planos generales, hasta las que se introducen en el fragor del combate. También revisten este carácter grandioso las secuencias de los trabajadores del ferrocarril, filmadas con gran admiración y respeto hacia aquellos hombres venidos de todos los lugares, cuyo esfuerzo hizo posible la obra. El tono trascendente de estos fragmentos es sabiamente aligerado por medio de contrapuntos humorísticos, acierto narrativo que Ford mantendría a lo largo de toda su obra posterior.
Por último mencionar que la música, compuesta expresamente por Christopher Caliendo con motivo de la restauración del filme para su comercialización en DVD, es simplemente magnífica, realzando aún más las considerables virtudes de esta estupenda película.
Por último mencionar que la música, compuesta expresamente por Christopher Caliendo con motivo de la restauración del filme para su comercialización en DVD, es simplemente magnífica, realzando aún más las considerables virtudes de esta estupenda película.