Haz click aquí para copiar la URL
España España · Barcelona
Voto de marcato:
10
Drama Sévérine, una joven casada con un atractivo cirujano, descubre la existencia de la prostitución diurna. Impulsada por la curiosidad, ingresa en la casa de citas de Anaïs y termina acostumbrándose a llevar una doble vida. La aparición de Marcel, un delincuente que se enamora de ella, complicará la situación de la protagonista. En 2006 contó con una secuela, "Belle Toujours", dirigida por Manoel de Oliveira. (FILMAFFINITY)
16 de diciembre de 2012
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
A la vista de algunas críticas con puntuación baja en las que se deja ver que los críticos no han llegado más que a un nivel radicalmente superficial de interpretación, me he decidido a escribir esta crítica.

Buñuel era un genio, y como ocurre con los genios, uno puede sondar en ellos y encontrarse con la profundidad de un verdadero abismo. El esqueleto de Belle de Jour es una cruz negra los puntos cardinales de la cual los traza un carruaje negro dieciochesco, y en el mismo centro de ese crucifijo, en la mitad exacta del metraje de la película (exactitud que cuadra en segundos) encontramos a Buñuel sentado en una terraza como un parisino cualquiera, y precisamente junto a él se detiene el personaje al que, a mi juicio, pretende rubricando así darle una importancia personal, un sello: el necrófilo. Es precisamente el necrófilo que irrumpe con su anacrónico carruaje en la urbe parisina al que Buñuel le da el peso de la modernidad de los postulados de Sade (a modo de puñetazo), la reivindicación, el lenguaje de cualquiera de sus libertinos. Y sí, precisamente la necrofilia y no cualquier otra perversión es la que corona Buñuel en esta película y en tantas otras (eso que cada cual imagine por qué). Porque Buñuel igual que Sade, sabe que si aspiramos a entender o comprender el alma humana tendremos que buscar en los sótanos de la naturaleza humana, y estar dispuestos a penetrar en ella.

Es sobre este lienzo que Buñuel construye el sueño antiburgués de Séverine Sérizy, una mujer que vive incómoda en el corsé de la moralidad burguesa y en busca de esa libertad encuentra refugio en el limbo del burdel. El burdel será aquel lugar donde el sistema de clases se destruya, puesto que allí la persecución del deseo unirá tanto a criminales como a burgueses.

Más allá de los capítulos abiertamente oníricos, la película es toda ella un sueño inmoral y libertario, libre en definitiva del yugo de la lógica. Y el genio de Calanda no es dogmático, al contrario, cada vez que alguien decida revisitar sus películas podrá encontrar en ellas distintas formas de interpretarlas, de interiorizarlas y comprenderlas. Y en este caso es un fascinante laberinto onírico de premoniciones, enigmas irresolubles y escenas espejo.

Algunos aquí han criticado el acierto de la inexpresiva y flemática Catherine Deneuve, como si Buñuel no estuviera interesado precisamente en esos aspectos, en resaltarlos y desnudarlos. Porque Séverine es un ser simbólico que busca arrepentimiento y finalmente la expiación de sus pecados, se condena a sí misma y por propia voluntad y también -probablemente- masoquismo. No es un personaje, es un símbolo. Es la representación misma del encierro clasista de lo burgués, igual que Husson (Piccoli) representa el conductor iniciático a otro mundo, al fronterizo burdel, al limbo de clases.

En definitiva, para mí Belle de jour es una cumbre en el cine del gran Buñuel; y a pesar de que puedo entender que algunos se sientan desalentados al no lograr entrar en ella, me gustaría que hicieran un esfuerzo para valorarla como merece, como la obra maestra que es. Revisitadla y respetadla, que os apuesto doble contra sencillo a que vale mucho la pena y el "esfuerzo".
marcato
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow