Efectiva, dura y sencilla muestra de cine. Kurosawa desliza en este film todos los tópicos que marcaran su carrera. Este director con conceptos muy humanistas representa en esta cinta, que en teoría es sobre un asesinato pasional, en una deliberada lucha por reflotar la esperanza sobre la humanidad, pintada como caótica y en decadencia. Las dudas sobre la moralidad, sobre el honor, el engaño. Sublime, compacta, directa.
El film trata sobre un asesinato de un señor feudal, luego de que su mujer es violentada por un famoso bandido. La historia se cuenta a través de 4 versiones: la del bandido capturado, de la mujer encontrada, del fallecido a través de un médium y finalmente de un leñador que es quien encontró el cuerpo.
Las historias se tergiversan según cada personaje, adaptándose a la condición de cada uno, tratando cada cual de salir medianamente airoso.
Es un ensayo cauteloso sobre distintos puntos de vista, haciendo mucho hincapié en las emociones y los valores que motivan a cada uno.
Los personajes caracterizados por Kurosawa son sencillos. Las interpretaciones son excelentes. Hay que interpretar la teatralidad de las mismas, ya que en la época era común. Sin embargo no molestan si no que extrañamente atrapan mas aun. Toshiro Mifune merece un tratamiento particular. Su personaje se te graba en la memoria. Amoral, libertino, burlesco, un truhán.
Los primeros planos, una cuidada fotografía, un ritmo constante y atrapante al mismo tiempo, hacen que no te puedas despegar de la pantalla hasta el fina.
Resumiendo: un clásico inolvidable. Una obra maestra del cine y una de mis favoritas.