Un tema complicado el que narra ‘‘Prayers for Bobby’’, nos muestra el entramado de relaciones de una idílica familia cristiana, en la cual todo funciona a la perfección, cada miembro se mueve según ‘‘la voluntad de Dios’’. Sin embargo el perfecto mundo forjado bajo las férreas doctrinas que inculca la biblia se viene abajo cuando se descubre que Bobby no es el hijo perfecto con el que sus progenitores siempre habían soñado.

La entrada en la adolescencia siempre es complicada y más en el caso del joven protagonista, Bobby deberá hacer frente a los continuos intentos de su madre por apartarlo del pecado y conseguir que sea ‘‘normal’’. Se muestra de esta manera una lucha interna entre lo que éste desea y lo que debe hacer para ser feliz según sus enseñanzas y lo que sus padres esperan de él. Es una desgarradora historia que consigue que nos sintamos identificados con los personajes y suframos con ellos, ya que más allá del tema de la homosexualidad se dan cabida esos conflictos a los que todos nos enfrentamos cuando no somos capaces o no podemos cumplir con las expectativas que se nos imponen.

Nos hace reflexionar sobre lo necesario que es tener una mano amiga que nos ayude a seguir adelante en esos momentos en los que todo parece perdido, alguien que nos haga saber, que nuestra forma de ser es la correcta y que a pesar de nuestra educación o nuestras creencias lo que realmente importa es ser feliz y sentirse querido, este puede ser quizás el mensaje más claro que deja ‘‘Prayers for Bobby’’, olvidar nuestro egoísmo para disfrutar de la felicidad de nuestros seres queridos, un mensaje que la madre del protagonista consigue comprender por desgracia demasiado tarde. Como resultado de querer cambiar lo imposible se hace daño a las personas que se quieren y sólo una vez el daño esta hecho la madre se arrepiente y se da cuenta del egoísmo dogmático con el que trataba de dominar a su hijo.

En lo referente a los actores estamos ante una obra menor en la que únicamente es conocida Sigourney Weaver, en un impresionante papel de madre, primero autoritaria y posteriormente dubitativa a causa de las consecuencias de sus actos. Ryan Kelley (Bobby) cumple también de manera notable con su papel y nos regala auténticos momentos que reflejan lo indefenso que se encuentra el personaje ante las imposiciones de los demás.

Hemos de tener en cuenta que se trata de una obra basada en la novela escrita por Leroy Arons, la cual esta a su vez fundamentada en hechos reales, lo cual resulta aún más chocante dado el desenlace del film. En mí opinión es una historia que hará reflexionar a más de uno sobretodo en lo referente al concepto de felicidad y a las necesidades humanas de libertad. Muy recomendable y capaz de hacernos más de un nudo en la garganta en algunas escenas.