Network (Un mundo implacable) de Sidney Lumet es un drama que satiriza la televisión y el periodismo. Dirigida con un ritmo más bien reposado y con un estilo incitador por plasmar con verosimilitud la maldad que tiene a su alrededor el mundo de la televisión, es una obra excelente que provoca al público por mostrar lo que es capaz de llegar una cadena por tal de conseguir beneficio a partir de puro circo sensacionalista y periodismo amarillo, dejando también al espectador al descubierto ya que a medida que más ridículo y efectista sea la programación más sube la audiencia. Realizada de forma inexorable tiene un resultado irresistible para el cinéfilo más exigente.
La fotografía es evocadora y está cuidada en detalles, cumpliendo con un idóneo trabajo que tiene una definición agraciada y a ratos desconcertante. La música es escasa y es usada en pocas ocasiones para no desviar la atención del espectador, tan solo se emplea al principio y al final y en la presentación de los programas. Los planos y movimientos de cámara completan un buen trabajo técnico a través de la cámara en mano, generales, seguimiento, primeros planos, planos-contraplanos, subjetivos y avanti.
Las actuaciones son soberbias y bien trabajadas contando con un gran elenco actoral. Como protagonistas Faye Dunaway construye un personaje egoísta y con pocos escrúpulos, William Holden está auténtico en una notable labor, Peter Finch está brillante en un personaje con oscuridad psicológica y Robert Duvall hila un buen papel lleno de codicia e interés, siendo convincentes los acompañamientos de Beatrice Straight, Wesley Addy y John Carpenter entre otros. Emplea para estos la dirección artística unos vestuarios elegantes y alusivos de periodistas que, junto con los oportunos decorados, te transportan in situ.
El guion, escrito por Paddy Chayefsky, satiriza el morbo de la televisión al exhibir que, contra más sensacionalista y malsana sea la noticia o mejor dicho el modo de presentarla, más audiencia y por tanto más dinero para la cadena de televisión, llegando a montar tal circo que se les escapa de las manos, siendo también crítico con el público que ve los programas basura que dan la excusa perfecta al comportamiento de los inversores televisivos, ganando el oscar por dicha labor y popularizando la conocida frase "estoy más que harto y no quiero seguir soportándolo. Esto se lleva a cabo con una narrativa dinámica e impoluta que es bastante insidiosa en sus expresiones y que también tiene alguna voz en off explicativa durante el film. Cabe destacar también, el montaje lineal y acompasado que saca lo mejor del film y consigue no desviar la atención del espectador en ningún momento.
En conclusión, la considero una obra inmortal y esencial en los dramas que satirizan una temática, en este caso el periodismo para poner en ridículo a estos por sus pocos escrúpulos a la hora de escoger noticias y programas efectistas para que no baje la audiencia, criticando también al espectador por ver programas basura que juegan con el sensacionalismo en lugar de programas más interesantes. Recomendable por su dirección, guion, actuaciones, fotografía, montaje, planos, movimientos de cámara y narrativa que vuelven a Network (un mundo implacable), un film notable en sus géneros que mantiene eficazmente al público expectante por ser provocador y satírico como pocos, cautivando a todos los cinéfilos a su paso.