El color púrpura de Steven Spielberg, es un drama que narra la desgarradora historia de una joven afroamericana a principio de siglo XX. Dirigida con un ritmo tranquilo, no se toma prisas en contar la historia creando interés, con una definición impecable y maravillosa.
El guión, basado en la novela de Alice Walker, es conmovedor y provocador por sí solo, con un argumento penetrante y realista, totalmente arrollador. Usando una fotografía majestuosa y hermosa, llena de una armonía inspiradora que cautiva al público.
Las actuaciones, son sentidas y creíbles de principio a fin, totalmente sincera en el caso de Whoopi Goldberg, que fue descubierta por el director en este film, y fue nominada a mejor actriz. Interpretando con gran profundidad psicológica una inesperada Oprah Winfrey, que fue nominada como actriz de reparto al oscar, y Danny Glover que realiza un gran papel con carácter y determinación.
La narrativa, simula en todo momento el acento de los afroamericanos de principios del siglo XX, con diálogos tópicos y alusivos a la trama, totalmente característicos tratando con realismo temas delicados como el machismo o el racismo.
Musicalmente es emotiva, con sonidos bellos y hermosos que fascinan por acompañar magistralmente la acción. Y los vestuarios y caracterizaciones son sobresalientes y evocadores, trabajados y cuidados en detalles para transportarnos al lugar.
En definitiva, un drama con resultado satisfactorio, digno de ver por ser de gran calidad humana y cinematográfica, nominada a 11 oscar aunque no se llevo ninguno, es una obra enternecedora y sentimental, que gusta ver por ser una cinta portentosa, correcta y encantadora.