Después de muchos años, y ante el anuncio de que David Lynch iba a producir y dirigir nuevos capítulos de la serie, me he puesto a rememorarla, y mi recuerdo de la misma, sin duda, ha mejorado, si esto es posible.

La cuidada ambientación, la preciosidad e inmensidad de esos paisajes montañosos en los aledaños de Canadá, el frío y la humedad del ambiente, esos abetos Douglas que se perfilan en el cielo, ese hotel de madera en un lugar privilegiado con esa preciosa cascada, hasta el aroma del café y los donuts que en España no se comercializaban, sólo los de azúcar y los de chocolate.

Magistral David Lynch en la dirección actoral, incluso obligando a la sobre actuación de muchos de los actores, y la simplicidad de otros, que parece medio lelos o bobos directamente, la belleza de las actrices del reparto, incluso la especial dedicación de Kyle Maclachlan no sólo a la investigación, sino su fijación con el café y las tartas y esa forma de narrar a su grabadora y a la supuesta Diane, todas y cada una de sus vivencias y su día a día, hacen de esta serie una obra de arte al alcance de muy pocas a pesar de su antigüedad.

Y desde luego, el tema principal y la frase que se repitió hasta la saciedad para promocionar la serie, pero que también era la frase de los corrillos tras la emisión de los capítulo ¿Quién mató a Laura Palmer?

Una verdadera y magnífica obra de arte, matrícula de honor. Un merecidísimo 10.