Haz click aquí para copiar la URL
Estados Unidos Estados Unidos · Raccoon City
Voto de Maldito Bastardo:
1
Ciencia ficción. Acción Cuando el fondo del océano Atlántico se abre, inundando la costa este de gigantescos monstruos, los humanos crean unos enormes robots para proteger al mundo de la amenaza marina. (FILMAFFINITY)
15 de diciembre de 2013
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
El mockbuster de “Pacific Rim” cambia de océano y de neuronas parra meter en una coctelera llamada bodrio —embutiendo el subconsciente de la catástrofe dentro de EEUU con el derrame en el Golfo de México, el huracán Katrina y la reciente emisión de “Sharknado”— el alcoholismo imperdonablemente ausente en “Iron Man 3”, los héroes y la manipulación política e incluso atreviéndose a re-leer “The Avengers” y “Transformers”. Como suele pasarle a The Asylum, le falla todo los demás: David Chokachi, que quedó ¿inmortalizado? en el “Los vigilantes de la playa”, nos ofrece una no-actuación y el trabajo de Steven Marlow con ese parche y su cabreo en cada frase —seguramente provocado por unas pinzas de la ropa que se colocó en los testículos— ayudan a vomitar parte del tarro de las esencias de la productora troll-timadora por excremencia.

Da la impresión que The Asylum se sirve del mockbuster de “Pacific Rim” para proponer otro tipo de posibilidades sobre un mainstream en el que obviamente no puede destacar con sus irrisibles presupuestos. Aunque Graham Greene, actor nominado al Oscar, tenga su participación nos lleva de nuevo a la concepción de que la productora de anti-cine sigue eclosionando como ese letal virus-lapa que necesita Hollywood para mirarse en un espejo no tan distorsionado. Greene es todo un profesional, pese a notarse que se está descojonando por dentro en cada secuencia y diálogo en el que participa. Como siempre y en toda película de esta productora habita el drama al otro lado de la pantalla: nos preguntamos en qué estarán pensando los actores cuando están leyendo frente a cámara esas líneas de un libreto seguramente rociado en alcohol y restos de cocaína. ¡Y no vale los gatitos muertos! Debe ser algo, incluso, mucho más fuerte. Simplemente con pensarlo me entran ganas de llorar del puro terror. ¿En qué H-O-R-R-O-R pensarán los actores profesionales? ¡Queremos saberlo YA!

“Atlantic Rim”, no obstante, tiene proposiciones interesantes entre esos monstruos y robots atrapados en una Serie Z. Por ejemplo, pocas veces se ha visto un héroe tan chulo y egocéntrico, desesperado por meterse más alcohol que Denzel Washington en “El vuelo (Flight)” cuando acaba su jornada. Un héroe supuestamente muscular y perfecto pero completamente inconformista que es incapaz de ligarse a la chica y hacer sombra a su compañero afroamericano con vocación de ONG y salvador de niñas en incendios. Esas contradicciones, como que después de de la destrucción de una ciudad y con cientos de cadáveres sobre el suelo (la productora solamente pudo poner a uno pocos indigentes y amigos para hacer ‘bulto’) se organice una fiesta y baile glamuroso por parte del Gobierno esa misma noche no nos deja claro si la película es una parodia y crítica política o una incompetente estupidez. Lamentablemente “Atlantic Rim” no llega al nivel de esa joya del cine cutre llamada “Sharknado” y el tema de los colores de los pilotos (azul, rojo y verde) es muy “Power Rangers”, ¿no? ¡Y todo el mundo odia a los “Power Rangers”! (Rita Repulsa dixit). Pese a funcionar como maqueta del mainstream y revelarnos el drama de unos huevos atrapados durante miles de años en petróleo y la rebeldía de los héroes por salvar cada día al mundo e intentar drogarse cada noche para olvidar sus traumas, “Atlantic Rim” es todo un insulto y publicidad engañosa. ¡Y no por ser un fruto mockbuster! En el póster aparecían tentáculos y los bichos son lagartijas toxicómanas entrenadas por John Cobra. O sea, imperdonable…
Maldito Bastardo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow