Obra maestra del gran Alfred Hitchcock y su película favorita aunque a sus fans no les parezca. La califico así por las siguientes razones: el inigualable perfil psicológico del asesino interpretado de forma magistral por Joseph Cotten, la progresiva desaparición de la imagen ejemplar y positiva de la sobrina hacia su tío y su angustia creciente, el desarrollo detallado de los personajes secundarios, todos interesantes, una narración intrigante sin aspavientos, buen desarrollo de los diálogos sin caer en la pretenciosidad, una convincente puesta en escena que sitúa a uno en un pueblo tranquilo en el que todos se conocen y en el que se cae muchas veces en la rutina, rota por la llegada de un idolatrado pariente al que no se ve en mucho tiempo, y una historia con la que cualquiera puede sentirse identificado, pues todos tenemos un lado oscuro, unos más negro que otros y secretos que muchas veces no queremos contar y verdades que no queremos escuchar. Grande Hitchcock.