Película sueca, que te remueve por dentro. Empieza con una mujer con apariencia muy especial que tiene una extraña relación con el mundo. En primer lugar, es capaz de oler sentimientos y estados de ánimo, lo cual la hace muy valiosa como vigilante en un paso fronterizo. Por ejemplo, huele el nerviosismo de un traficante de pornografía infantil. Conoce a alguien como ella y resulta que no son humanos como nosotros, son trolls. Lo bueno es que no los presenta en forma mitológica, como suele hacerse, si no más bien como una especie diferenciada de los homo sapiens. La peli me pilla leyendo un libro sobre la evolución humana, con la idea alrededor de mi cabeza de que los sapiens somos los únicos homínidos que quedamos en la tierra (¿por qué será? ¿somos responsables de ello?). Y por eso me parece fantástica la idea de llevar la mitología romántica a algo que podría ser historia ficción: hay otra especie de homínidos, que permanece oculta, que odia a los sapiens por su soberbia y por cómo trata el planeta.
Aparte de todo esto, las caracterizaciones de los trolls son fantásticas.
Muy recomendable