Saga de culto, poseedora de un sadismo elevado que siempre entretiene, algo que también ocurre en esta décima entrega. Es que los caballos de batalla, en 'Saw X', se mantienen (luego podemos discutir, en zona de spoilers, qué tan firmes están), haciendo que el asunto no resulte aburrido y que exista suficiente gore como para cubrir las expectativas (aunque probablemente no todas) de sus seguidores.

Situada entre la primera y segunda película, nos encontramos con un John Kramer que se somete, desesperado, a un tratamiento experimental, en México, para curar su cáncer mortal. Las cosas se complican a grandes niveles y hacen despertar a nuestro perverso Jigsaw para que ponga manos a la obra en nuevos juegos despiadados.

Hay ingenio en las trampas pero también resoluciones poco creíbles; existen atmósferas turbias (marca registrada de la casa) así como escenas que cortan el clima de manera abrupta.

Entre pros y contras, la cinta dirigida por Kevin Greutert conserva gran parte del espíritu de la franquicia y eso es lo que, más allá de cuestiones discutibles que restan puntos, le permiten salirse con la suya para quienes observan religiosamente cada una de estas proyecciones.

6 Alancitos Creadores de Trampas Mortales sobre 10