Una película de comedia negra que divierte pero que también puede llegar a ser estresante, ya que los personajes no hacen más que discutir, pero tras esas discusiones permite que el público experimente un gran número de sensaciones, sentimientos y hasta arrebatos de ira.
Sin duda Roman Polanski supo cómo llevar a cabo esta historia, además del excelente trabajo en cuanto a los encuadres, transiciones y ni hablar de la actuación que por parte de todos los personajes fue realmente extraordinaria.
Estresa la película pero realmente vale la pena verla para reír y enojarse y nuevamente volver a reír.