Un gran clásico de 1940 en delicioso blanco y negro. Con una actuación de Laurence Olivier que dejaría plantado un hito de referencia para congraciarse con los espectadores, los directores y los compañeros de repartos para el resto de su futuros papeles en el cine.

Nos cuenta el contenido de la famosa novela "Orgullo y prejuicio" (Pride and Prejudice) de Jane Austen (1813), una de las primeras novelas románticas de la historia y a la vez auténtica cumbre de la novelística en el sentido de los tiras y aflojas amorosos. Los protagonistas principales de la narración son Elizabeth Bennet, joven de clase media y Fitzwilliam Darcy, joven multimillonario de la clase alta. Él, cuyo papel hace Laurence Olivier, representa la seriedad y la arrogancia, mientras que ella, interpretada por Greer Garson, representa el orgullo y el prejuicio. Ciertamente que él también manifiesta algo de prejuicio y sobre todo orgullo de pertenecer a la clase alta y pudiente, de ser un ilustrado, un aristócrata por encima del vulgo; pero es en ella, donde se notan más inflamados el orgullo y el prejuicio. Sin embargo, a pesar de que al principio cuando son presentados no se da la sintonía entre ambos sino más bien todo lo contrario, con el tiempo y el conocimiento más profundo de lo que son cada uno de ellos, verdadera y humanamente, surgirá la atracción, el amor y el deseo de complementarse.

Una película inolvidable, para ver en numerosísimas ocasiones a lo largo de la vida o de muchas vidas. Si hay que darle una calificación, merece la más alta: Excelente.