Adolescencia, voz incomprendida. Una vez más, esta etapa de vida es puesta a prueba delante de la cámara, irrumpiendo en la religión y la familia típica de nuestra sociedad. El cine siempre ha sido un medio para expresar, y con mucha rabia, se pone la tela para cortar. Pero, ¿será que tanta polémica es solo para levantar roncha?
En primer plano se presenta a Daniela (Alicia Rodríguez), adolescente en su último año de escolaridad que precisamente cursa en un instituto cristiano. Su familia pertenece a esta religión de forma activa, pero ella permanece lejos cuestionando todo lo que acontece en este ámbito. El dilema se acrecienta cuando su sexualidad sale a flote, por lo que crea un blog para publicar lo que pasa a través de su mente.
Sin guardarse nada, los guionistas proponen una serie de acontecimientos punzantes que desnudan varias interrogantes y cuestiona contradicciones de la religión evangélica. El sexo se convierte en un activo que pretende boicotear este credo, que en ocasiones deja diálogos y escenas justificadas, pero en otras se siente un poco excesiva, proviniendo nada más de una adolescente.
La película goza de unos quince minutos iniciales muy bien ejecutados. Un panorama bastante creativo y dinámico que marcaría el rumbo de la historia y se mantiene en su hora y media de duración gracias a la edición. Cabe destacar también su música y la voz de narrador, dando la impresión de un blog cibernético. La cámara siempre busca los primeros planos, decisión que se encuentra bien, pero hace falta abrir el panorama en escenas importantes. Deja una buena impresión cuando se sitúa detrás de la protagonista o en la escena de la playa.
Por último, las actuaciones son bien descritas empezando por Alicia Rodríguez. Se pudo rescatar algo más de las relaciones que tuvo la chica durante la vida, aunque no se debe negar que todo se explica y entiende bien.

Calificación: 7