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México México · Ciudad de México
Voto de Iván Rincón Espríu:
8
Intriga. Thriller Cuando India Stoker (Mia Wasikowska), una adolescente, pierde a su padre (Dermot Mulroney) en un trágico accidente de coche el día en que cumple 18 años, su vida se hace añicos. Su impasible comportamiento oculta profundos sentimientos que sólo su padre comprendía. Su tío Charlie (Matthew Goode), cuya existencia desconocía, aparece por sorpresa en el funeral y decide quedarse una temporada en casa de India y de su inestable madre ... [+]
3 de julio de 2013
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
En Stoker (Estados Unidos, Reino Unido, 2013), de Chan-Wook Park, el día que India cumple 18 años, su padre aparece muerto; hasta entonces ni ella ni su madre tenían noticias del tío Charlie, quien llega para quedarse y completar el nuevo escenario familiar. Otras dos mujeres, en cambio, tienen en común conocer el pasado y la procedencia del recién llegado, y desaparecer durante su estancia… Más sensitiva de lo normal, India no tolera que la toque nadie y así ha llegado a la mayoría de edad, intacta y virgen, ahora tentada por el misterio y la seducción a romper su impenetrable círculo de soledad con el arribo de un hombre que la repele y atrae, por quien experimenta deseo, pero también desconfianza. Menos inteligente y contradictoria, más vulnerable y simple, la madre no duda en dejarse atrapar por el encanto masculino y la carga de amoral cinismo que, ante la mirada atónita de India, exhibe su dominio de la situación para inquietarla, perturbarla y despertar a la mujer salvaje, pero reprimida, más que dormida, lo cual consigue hasta el punto de la complicidad…

La actriz australiana de ascendencia polaca Mia Wasikowska encarna brillantemente la oscura patología de India Stoker, su compleja, interesante y atrayente personalidad, mientras el británico Matthew Goode interpreta el papel del siniestro tío, y la australiana de origen hawaiano Nicole Kidman el de la madre, en ese orden de méritos. Aunque Wasikowska tenía 22 años al rodar la película y su personaje tiene 18, diferencia que no pasa desapercibida, su actuación es cautivante; la de Goode es convincente, y la de Kidman, pasable. Embellecida con pupilentes que agrandan sus ojos notablemente, quizás una discreta cirugía y cabello castaño oscuro, largo y lacio, Mia desempeña por tercera vez el papel protagónico en un largometraje, después de ‘Alicia en el país de las maravillas’ (Estados Unidos, 2010), de Tim Burton, y Jane Eyre (Reino Unido, Estados Unidos, 2011), de Cary Fukunaga. Su habitual proyección de una muchacha dulce y angelical solía ser agradable, y ahora en plan sombrío resulta fascinante. Hay que estar atentos a lo que haga, pues se perfila como una de las mejores actrices del mundo actual.

Kidman, en cambio, siempre ha sido físicamente insípida y el abuso de las cirugías "estéticas" limita cada vez más su expresividad, a lo que se agrega una forma de afectación que no es fácil tolerar, pero se agradece que no haya dado al traste con algo tan prometedor que parecía demasiado grande para ella. Goode actúa con desenfado y naturalidad, aunque habría sido mejor alguien menos delgado y más atractivo quizá.

‘Lazos perversos’, como fue titulada en español, es el debut en Hollywood y lengua inglesa para el director coreano de la exitosa «trilogía de la venganza», quien dirige también por primera vez con un guión que no es suyo. El actor británico Wentworth Miller escribió el guión en este caso y el de una "precuela" o anterior historia narrada después con el título de Tío Charlie.

En la concepción de Stoker destaca una influencia primigenia: ‘La sombra de una duda’ (Estados Unidos, 1943), de Alfred Hitchcock, sirvió como punto de partida argumental: en aquella cinta, una muchacha sospecha que su tío, de visita en casa, es un asesino serial de viudas. Además, Stoker significa fogonero, "alguien que aviva el fuego", como el tío Charlie, que más bien remueve las cenizas del pasado y enciende nuevas llamas, en términos metafóricos. La palabra es también el apellido de Bram Stoker, otra influencia confesada por Miller, aunque aquí el horror no es sobrenatural, como el de los vampiros, sino sicológico, pletórico de símbolos en un drama doméstico, y más que horror es suspenso.

La encuesta anual realizada por The Black List ubicó la obra de Miller (firmada con el seudónimo Ted Foulke, nombre de su perro) en el quinto lugar de los mejores guiones que todavía no llegaban a la pantalla grande, pero eran leídos y mencionados por productores y ejecutivos de Hollywood; de los 290 encuestados en 2010, 39 lo mencionaron.

La película —que no es para el gran público, sino una gran película para mi gusto— fue producida por la compañía de Ridley y Tony Scott, aunque este último falleció antes de comenzar el rodaje, que duró cuarenta días.

El diseño de arte y producción en general se hace uno con la dirección de cámaras y es minucioso y creativo desde los créditos iniciales hasta los finales, como el sonido y la transición entre algunas escenas, a veces con montajes a manera de collage y otras veces con efectos especiales (la secuencia del peinado, por ejemplo), en donde vuelve a ser protagónico el sonido.

Para la composición de la banda sonora fue contratado Philip Glass, pero lo reemplazó Clint Mansell (‘Réquiem por un sueño’), dato de interés para quien haya visto ‘La ventana secreta’ (Estados Unidos, 2004), escrita y dirigida por David Koepp, pues si bien es inferior tiene mucho en común con la cinta que nos ocupa. La música en ese caso fue compuesta por Philip Glass y Geoff Zanelli.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Iván Rincón Espríu
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