La fortuna me sonrió al tener la oportunidad de presenciar el preestreno de "Daaaaaali!" en tierras francesas, una experiencia que, lamentablemente, no logró conquistar mi gusto cinematográfico. La película, dirigida por Quentin Dupieux, es un viaje desbordante hacia el surrealismo y la excentricidad que, a pesar de sus méritos técnicos, no logra cautivar.

Desde los primeros minutos, es evidente que Dupieux ha decidido sumergirse completamente en el caos surrealista, llevando la narrativa a extremos que desafían cualquier lógica convencional. Aunque puede argumentarse que la película busca capturar la esencia del arte de Dalí, la abrumadora saturación de surrealismo resulta contraproducente. La película se convierte en un festín visual sin sentido del cual el director parece enorgullecerse, perdiendo así la oportunidad de conectar de manera significativa con la audiencia.

El surrealismo, como corriente artística y filosófica, ha sido históricamente un medio para explorar lo irracional y lo inconsciente. Sin embargo, "Daaaaaali!" abusa de esta herramienta hasta el punto en que la propia película se vuelve un sinsentido. La relación entre el surrealismo filosófico y la película se desdibuja, ya que la trama parece estar más enfocada en sorprender con lo absurdo que en transmitir algún significado profundo.

El humor absurdo, una característica distintiva de las películas de Quentin Dupieux, se manifiesta aquí de manera exacerbada. Aunque algunos momentos logran arrancar risas, la repetición constante del absurdo surrealista se vuelve predecible y pierde su efecto cómico. La película parece depender demasiado de la extravagancia visual en lugar de construir una comedia con una base más sólida.

En última instancia, "Daaaaaali!" se sumerge tan profundamente en su propio mundo surrealista que se desconecta de la audiencia. Aunque la cinematografía es impresionante y la banda sonora acompaña eficazmente el caos visual, la película carece de un anclaje narrativo que permita a los espectadores encontrar algún significado detrás de la excentricidad desenfrenada.

En conclusión, a pesar de la suerte de presenciar el preestreno en Francia, "Daaaaaali!" no logra conquistar con su enfoque excesivo del surrealismo. La película se ahoga en su propio sinsentido, dejando a la audiencia desorientada y desconectada de la experiencia. Aunque Quentin Dupieux se muestra como un director valiente al explorar terrenos tan desafiantes, en este caso, el resultado no alcanza las alturas esperadas.