No es tan importante la historia en sí, sino cómo se cuenta. La película transcurre en la Italia de después de la primera guerra mundial y antes de la segunda, en el mar Adriático, en una época breve pero intensa en la que los hidroaviones eran los aparatos más eficaces en lo que a la guerra se refiere. El protagonista, Marco, es un cerdo que antaño fue un hombre normal y corriente, y cuya transformación se debió a una especie de trance sufrido durante una batalla aérea tal y como se nos cuenta vagamente, que se dedica a limpiar el mar de piratas de hidroavión como caza recompensas después de haberse retirado del ejército. Es un personaje aparentemente escéptico y pastota, pero que encierra unos valores buenos y sólidos.
Si nos centramos en la trama, la película es desde el principio hasta el final una lucha contra otros pilotos, pero entre medias encontramos la bella historia de Gina, una hermosa mujer que enviudó tres veces con pilotos de hidroavión y de la que están enamorados todos los pilotos del adriático, que mantiene una relación íntima con Marco sin llegar nunca más allá de la amistad. Otro personaje entrañable es Fío, una joven avispada de 17 años que demuestra unas dotes privilegiadas para el diseño aeronáutico.
Unos verán en Porco Rosso una simple película de dibujos animados, yo veo una reflexión sobre la vida.