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España España · Granada
Voto de Kikivall:
7
Drama Es verano y Antoine debe dejar la ciudad para ayudar a su madre en la tienda de ultramarinos que tiene en un pueblo del sur de Francia. Su padre, enfermo, no puede continuar conduciendo el camión que abastece las aldeas aisladas. Antoine descubre, entonces, el encanto de estos últimos habitantes: testarudos, contradictorios, vividores... Antoine va a reencontrarse con la tierra de su infancia, con la alegría de vivir y puede ser que con el amor. (FILMAFFINITY) [+]
9 de abril de 2018
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Película que cuenta la historia de Antoine (Nicolas Cazalé), un joven que debe volver a su pueblo natal junto a su novia Claire (Clotilde Hesme), para ayudar a su madre en la tienda de ultramarinos que regenta en una localidad al sur de Francia, en venta ambulante.

El director Eric Guirado construye en su ópera prima un filme sencillo, que consigue que el espectador respire la tranquilidad de la vida en el campo. Y no sólo eso, es también una película en la que su protagonista, se va a reencontrar con la tierra de sus primeros años y con la alegría de vivir. El guión del propio Guirado junto a la actriz y escritora Florence Vignon, refleja un realismo de corte documental, que es quizá la baza principal del film. Bonita música de Christophe Boutin y preciosa la fotografía de Laurent Brunet.

El reparto tiene tres vértices principales, Nicolas Cazalé en el papel del hijo vuelto a su terruño, papel que interpreta con naturalidad y empatía. Clotilde Hesme hace una excelente labor como la novia de Antoine. El veterano Daniel Duval está genial como padre enfermo y gruñón. Y acompañando un equipo de actrices y actores como Jeanne Goupil, muy bien como la madre del joven y otros.

La película es una especie de canto o poema a una vida rural que corre el peligro de extinguirse por la industrialización y el menosprecio de las actuales administraciones por el mundo del campo y los pueblos pequeños que están quedando despoblados y envejecidos. La obra de Guirado ahonda en ese mensaje, no por repetido menos cierto, de que se está produciendo un progresivo abandono de los pequeños poblados en favor de las grandes urbes.

La película deja un buen sabor de boca, entre otras porque a diferencia de tanta casquería y cacharrería ésta es una película amable, con algún poso de tristeza marginal y decadente: inofensiva y melancólica. Es en cierto modo el paradigma del paraíso perdido y cuanto de dolor encierra esta idea y este mito. Es también la infancia perdida.

Alguien dijo al finalizar la película, que le había resultado aburrida. Puede ser. Realmente la película renuncia a géneros y tópicos. El mensaje más dramático del film está en la fuerza que pone cuando muestra el otro lado del mostrador de la camioneta ambulante, cuando nos pone delante a esas personas mayores que parecen estar despidiéndose del espectador, una desoladora despedida de una forma de entender la vida.
Kikivall
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