Una vez más compruebo la puñetera influencia de las series de TV en el cine español. Esto podría ser un capítulo de una serie que se llamaría “Pijos y macarras”. O la continuación de “Al salir de clase”. Lo de mensaka solo es por uno, un sobreactuado Salmerón, que suelta un taco cada dos palabras.
Puede que este tipo de cine tenga su público, joven, pero a partir de ahí no interesará a casi nadie.
No hay una trama propiamente dicha, ni giros significativos de guión. Las reyertas entre los miembros de la banda son tremendamente tópicas.
Es cierto que Tristán Ulloa y Lola Dueñas bordan su papel y quizá sea esto lo que merece la pena.
Y luego esa visión, tan falsa y tan negativa, de que a esas edades todo el mundo se droga. Generalidades tontas como “¿No sabes que Madrid está lleno de zorras?”, dicho por una chica.
Si por lo menos hubiera un poco de imaginación... pero está esa falsa idea de “reflejar la realidad”. Para eso ya está la realidad o las noticias de los peiódicos.