Charlie Kaufman pone sus inquietudes metafísicas al servicio de la comedia, y Michel Gondry sus ratoncitos en stop motion y su buena mano en el montaje al servicio de la complicada mollera de Kaufman; y lo que, aparentemente, no es más que una estrafalaria sandez sin sentido, en realidad se revela como una inteligente reflexión sobre la antinatural relación del ser humano con su entorno y consigo mismo, que viene a ser la misma que guardan estos dos con el séptimo arte.

Vivimos una época en la que gente que se inyecta botox en la jeta, le compra a sus hijos el dvd de La Bella y la Bestia. Qué paradoja. ¿Nadie comprende que el botox no te hace parecer joven, sino inexpresivo? ¿No se dan cuenta de que ser inexpresivo no resulta atractivo? ¿Por qué se tunean la cara, si la belleza está en el interior?
El que piense que esta peli es absurda, que se pare un momento y mire a su alrededor. Cuando sea consciente de todas las gilipolleces que nos hemos acostumbrado a hacer, tomándolas por lo más natural, que se planteé su concepto de lo absurdo.

A diferencia de otras películas de otros autores, afectados por sus importantísimas cosas que decir, Human Nature es una comedia traviesa, rodada en color, sin planos contemplativos, ni frases sesudas, ni música de violonchelo, ni el más mínimo tufo cultureta, que permite al espectador reflexionar, si le apetece, y si no, meramente relajarse, divertirse y sonreír.