La película que ahora muchos definen como terror light, (o aquello que no es Shaw) ha ganado enteros con los años como le sucede a su predecesora original. Vayamos por partes:

En el apartado artístico, fotográfico y técnico House on Hunted Hill sigue siendo consiguiendo once años después de su estreno crear una atmósfera visualmente coherente y asfixiante, destilando originalidad y competencia en la generación de flashbacks e imágenes de impacto de cara al espectador.

Evidentemente debemos el story board al primer director de la cinta, pero es uno de esos pocos "remakes" que tratan al producto de partida con respeto, sin mancillar el nombre de la saga. En la cinta que es relativamente corta ,lo que en mi opinión es un acierto, se reproduce el efecto de densidad atmosférica requerido de una forma realmente brillante.

El guión se desarrolla entre lo básico y lo aceptable y sirve más como complemento del apartado visual que a la inversa. Los actores parecen haber predefinido su interpretación sin mezclarse con el propio germen de la película y le hacen un flaco favor salvo contadas excepciones como Geoffrey Rush o Famke Janssen. Ésta última se gana el sueldo quizá por la cantidad de clichés de los que adolecen los personajes, y que ella desarrolla como nadie en su papel de viuda negra.

Por otro lado Ali Larter se dio a conocer en esta cinta y asumió el coprotagonismo sin despeinarse, la película le catapultó para comer de la interpretación durante todos estos años en los que "Destino Final" y "Resident Evil" la han encasillado como una heroína de fotomatón, quizá porque su rostro no ha gesticulado durante 11 años y se ha ahorrado dinero en crema antiarrugas. Del resto del reparto solo destacan sus muertes que dan al espectador un respiro de tanto intrusismo actoral y el desespero porque Bridgette Wilson desaparezca de la pantalla.

En conjunto si esta producción hubiese contado con el presupuesto de su contemporánea y clónica "The Haunting", se hubieran podido limar los pequeños detalles que fallan en los efectos especiales. La presencia de Bridgette Wilson es como el mal de altura y eso sí que no lo borran ni los mejores efectos.

Aun así le doy un 7, ¿por qué?: La estética unida a los eficientes efectos sonoros le dan una importancia secundaria al guión. Desde luego la premisa era excelente, y la película no aburre y resulta atractiva al espectador. Es dinámica, tiene humor y escasos planos plañideros lo que la convierte en una experiencia amena dentro del terror más comercial.