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España España · Albacete
Voto de Tercero:
7
Ciencia ficción Treinta años después de los eventos del primer film, un nuevo blade runner, K (Ryan Gosling) descubre un secreto profundamente oculto que podría acabar con el caos que impera en la sociedad. El descubrimiento de K le lleva a iniciar la búsqueda de Rick Deckard (Harrison Ford), un blade runner al que se le perdió la pista hace 30 años. (FILMAFFINITY)
16 de octubre de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo que Villeneuve ha sido consciente de que no iba a superar la original de Ridley Scott, pero en la elección de la herencia, consigue salvar el desafío y obtener un buen resultado dentro de las exigencias y expectativas que se crearon alrededor.
La novedad y la profundidad del guión adaptado de la precuela era inalcanzable, y tal vez haya sido el aspecto que más en falta se echa, pues en ocasiones adolece de atonía. Los "replicantes" no muestran esa confrontación interna de ser o no humano, no se sumergen en la metafísica de la sensibilidad y emotividad de la misma manera que una Rachel timorata e insegura o el complejo, violento y melancólico líder de los Nexus 6 Roy Batty. No digo que el papel de Ryan Gosling sea vacío ni mucho menos, sino que su complejidad interna no nos llega a saciar como aquellas lágrimas que se perdían en la lluvia.
Por otro lado, sí consigue un buen efecto esa parte de la película de abundancia de micro-ideas futuristas, esa suma de creatividad ficticia de hologramas, avances tecnológicos impensables, una nueva jerarquización de la sociedad, el agigantamiento del producto y el empobrecimiento del productor... Si a eso le sumamos la mano sonora de Zimmer que, aunque no es la de Vangelis, está notablemente a la altura, y las impactantes imágenes casi post-apocalípticas de un paisaje humeante y ácido, atmosféricamente hostil y tosco, tóxico y desalentador, nos queda un producto estéticamente brillante con imágenes vibrantes.
En definitiva, pienso que, a sabiendas de que le iba a ser imposible eludir las comparaciones con su predecesora y ser juzgado de manera independiente, Denis Villeneuve reinventa el test Voight-Kampff de un modo distinto, vertiendo sus aptitudes y habilidades más sobre la forma, lo visual, que sobre el contenido y la psicología que entraña. Y a pesar de esa merma, supera los riesgos.
Tercero
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