Probablemente al igual que otros, me he tenido que morder la lengua mientras veía la película, hacer un esfuerzo de abstracción colosal y decir: "bueno, voy a intentar al menos entender el punto de vista que se me propone". Yo lo siento, pero mis ideas políticas me pueden y me cuesta horrores separarme de ellas. Me toca muchísimo los huevos que aún exista una reivindicación al heroico trabajo del soldado en nuestros tiempos. ¿Es que no hemos evolucionado nada? Algunos dicen que ya era hora de que una película bélica se alejara de las alusiones a su inutilidad y del pacifismo, mientras alaban lo que se hace en "En tierra hostil". Oh, sí, mucho mejor presentar a un artificiero sin sangre en las venas, que lo arriesga todo porque el resto de su vida le importa una mierda. Qué profundo, qué crudo, tengo los huevos de corbata.

Dejémoslo claro: la psicología del protagonista es una bazofia. Retrata a un ser deshumanizado, completamente loco y cargado de adrenalina, que no sabe por qué hace lo que hace. No hay por donde cogerla. No es alguien que te puedas encontrar por la calle, con sus miedos, sus aspiraciones y sus motivaciones. Es un tipo que arriesga su vida sin ningún problema, sin vacilar. Pero más aún me molestan esos intentos de darle profundidad, que fracasan todos en mayor o menor medida. La trama del niño de los DVDs, por ejemplo, es estúpida, terriblemente desarrollada; no da pie a sentimientos reales sino a un intento de buscar un lado humano, una "justificación" a su rabia que no es creíble porque en ningún momento la cámara captura esa compenetración entre el soldado y el chiquillo. Y no menciono el discursito del final, que tiene tela.

Pero a pesar de sus evidentes carencias a nivel argumental no puedo negar que es un entretenimiento cojonudo, y que Bigelow tiene mucha maña creando un clima de tensión en cada uno de los episodios que conforman el filme. Es por eso que he tenido muchas dudas a la hora de puntuarla, porque aun habiendo aspectos que me indignan, sobre todo en lo referente a los personajes, la película no aburre en ningún momento. La manera en que está rodada y narrada da pie a una diversión completamente plana, pero efectiva. Sin embargo, ésta no era merecedora de premios ni de reconocimientos: el día en el que esas estupendas escenas acercándose lentamente a las bombas y haciendo sentir al espectador el peligro de una explosión inmediata pierdan su interés, ¿qué quedará? Es una obra sin mensaje, y por ello mismo, sin personalidad. ¿Es ése el cine que se recordará dentro de veinte años?

La recomiendo como una película vibrante de principio a fin, que logra transmitir, mediante un efectivo uso del formato de documental, la sensación de riesgo al espectador. Nunca como una obra maestra ni como un referente cinematográfico, porque no entra en mi definición de buen cine. No, no es lo que busco. Por eso me fastidia tanto tener que darle un 7.