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Voto de Ghibliano:
3
3,1
14 709
Drama. Thriller
Cuando Erin Grant (Demi Moore) pierde su trabajo y la custodia de su hija (Rumer Willis), decide ponerse a trabajar como bailarina de striptease en un sórdido local de Miami con el propósito de reunir el dinero necesario para recurrir la sentencia que le ha otorgado la custodia a su ex marido (Robert Patrick). La sensualidad de Erin atrae la atención de un pervertido miembro del Congreso, David Dilbeck (Burt Reynolds), que no se ... [+]
27 de enero de 2011
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Resumiendo: una stripper muy, muy mona lucha por la custodia de su hija con el cabrón de su ex-marido. La cosa apesta a telefilm de las cuatro y media, pero si es para pasar un buen rato sin más ya vale.
La película avanza. Los diálogos, ay, los diálogos. O esta película tiene la peor traducción al castellano de todos los tiempos, perpetrada por gente que odia mucho mucho a la Moore, o realmente alguien en el complejo universo hollywoodiense ha encontrado divertidos los chascarrillos que sueltan los personajes cada dos por tres, esperando hacer ¿gracia?
Los personajes. Qué decir, altamente impredecibles. Está Demi Moore, que es una stripper (perdón, una bailarina) y se esfuerza mucho en su trabajo; por supuesto tiene a una legión de hombres babeando detrás de ella, porque es la más guapa y la más sexy de todas (aunque con la panda de cardos de los que se rodea no me extraña, muy lista Erin). Se supone que a los espectadores nos tiene que poner cachondos y dar penilla a partes iguales, pero a mí como que no me termina de atraer y el melodrama telefilmero con la cría me da bastantes arcadas. ¡Soy un insensible!
Luego está el ex-marido. Es un cabrón, un hijo de la grandísima puta, un comemierda y un soplapollas, espero que haya quedado claro que hay que odiarle, por si acaso la peli te lo repite seis o siete veces en cada plano y a mí me ocurre lo contrario, casi me da pena, sobre todo al final donde nos deleita con una soberbia y contenida interpretación (nótese la ironía pinchando cual cuchillo de carnicero).
Sigamos. El político. Es un vividor, un cínico, un tipo despreocupado... o eso es lo que se supone, porque más parece un viejo verde que suelta chistecitos y comentarios de esos ingeniosos que dan vergüenza ajena, y toda la película es así: insoportable.
El negro. Muy absurdo, pero es el único que tiene algo de gracia.
El resto: tres o cuatro strippers (bailarinas, entiéndaseme) de insufrible timbre de voz; la cría, que es la típica niña inocente y angelical de fábrica; los guardaespaldas del diputado, que tienen a bien contar chistes sin gracia durante toda la velada; el policía que se acopla al caso como si nada... vamos, muy destacables todos.
Algún usuario avispado que no haya visto esta peli en su vida me hará en este punto la siguiente observación: "sí, los personajes son absurdos y sus conflictos muy chorras, ¿pero qué importa? Yo he venido aquí a ver tetas". Pues a eso voy ahora, porque resulta que el que pretendía ser el punto más atractivo de esta obra, el supuesto erotismo del personaje principal, no me convence porque cuando veo los dos neumáticos que se gasta la Moore me la imagino cayendo de morros y rebotando por toda la sala, y para colmo los momentos de striptease están insertados con una falta de espontaneidad que da asco (¡ese ensayo!), alargándose de paso hasta la extenuación.
La película avanza. Los diálogos, ay, los diálogos. O esta película tiene la peor traducción al castellano de todos los tiempos, perpetrada por gente que odia mucho mucho a la Moore, o realmente alguien en el complejo universo hollywoodiense ha encontrado divertidos los chascarrillos que sueltan los personajes cada dos por tres, esperando hacer ¿gracia?
Los personajes. Qué decir, altamente impredecibles. Está Demi Moore, que es una stripper (perdón, una bailarina) y se esfuerza mucho en su trabajo; por supuesto tiene a una legión de hombres babeando detrás de ella, porque es la más guapa y la más sexy de todas (aunque con la panda de cardos de los que se rodea no me extraña, muy lista Erin). Se supone que a los espectadores nos tiene que poner cachondos y dar penilla a partes iguales, pero a mí como que no me termina de atraer y el melodrama telefilmero con la cría me da bastantes arcadas. ¡Soy un insensible!
Luego está el ex-marido. Es un cabrón, un hijo de la grandísima puta, un comemierda y un soplapollas, espero que haya quedado claro que hay que odiarle, por si acaso la peli te lo repite seis o siete veces en cada plano y a mí me ocurre lo contrario, casi me da pena, sobre todo al final donde nos deleita con una soberbia y contenida interpretación (nótese la ironía pinchando cual cuchillo de carnicero).
Sigamos. El político. Es un vividor, un cínico, un tipo despreocupado... o eso es lo que se supone, porque más parece un viejo verde que suelta chistecitos y comentarios de esos ingeniosos que dan vergüenza ajena, y toda la película es así: insoportable.
El negro. Muy absurdo, pero es el único que tiene algo de gracia.
El resto: tres o cuatro strippers (bailarinas, entiéndaseme) de insufrible timbre de voz; la cría, que es la típica niña inocente y angelical de fábrica; los guardaespaldas del diputado, que tienen a bien contar chistes sin gracia durante toda la velada; el policía que se acopla al caso como si nada... vamos, muy destacables todos.
Algún usuario avispado que no haya visto esta peli en su vida me hará en este punto la siguiente observación: "sí, los personajes son absurdos y sus conflictos muy chorras, ¿pero qué importa? Yo he venido aquí a ver tetas". Pues a eso voy ahora, porque resulta que el que pretendía ser el punto más atractivo de esta obra, el supuesto erotismo del personaje principal, no me convence porque cuando veo los dos neumáticos que se gasta la Moore me la imagino cayendo de morros y rebotando por toda la sala, y para colmo los momentos de striptease están insertados con una falta de espontaneidad que da asco (¡ese ensayo!), alargándose de paso hasta la extenuación.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El argumento es predecible en todos sus puntos. Contiene algo de sátira descafeinada hacia la clase política, pero nunca consigue que te la tomes en serio debido al histrionismo del personaje de Burt Reynolds. Los conflictos tienen su aquél obviando que se han visto un millón de veces, pero las actuaciones y diálogos realizan un encomiable trabajo para conseguir que 1) no te creas nada de lo que pase y 2) no te importe un carajo. Por supuesto el final es sabido por todos, pero la manera de llegar a ese punto es de lo más absurdo y delirante que he visto en mi vida.
En resumen, una mierda de película. Tiene algunos puntos logrados de vez en cuando, a nivel de trama e incluso de humor, que tal vez la salvarían del nivel de bazofia absoluta al que estaba irremediablemente destinada, pero aún así no da para más.
En resumen, una mierda de película. Tiene algunos puntos logrados de vez en cuando, a nivel de trama e incluso de humor, que tal vez la salvarían del nivel de bazofia absoluta al que estaba irremediablemente destinada, pero aún así no da para más.