Esta película es, desde todos los puntos de vista, una mierda infecta. Los actores recitan descaradamente las líneas sin poner ninguna emoción en lo que están haciendo, el guión parece escrito a base de juntar paridas y más paridas inconexas, los efectos especiales son de una cutrez inenarrable, la banda sonora puesta a todo volumen que en ocasiones silencia los diálogos y que no engancha en ningún momento...

Pero eso ya lo sabía. El título ya avisa de que no vamos a ver precisamente una obra maestra. Y yo me enfrenté a ella siendo consciente de ello, y teniendo también claro qué es lo que esperaba. Y me decepcionó muchísimo. ¿Cuál es el problema?

El problema, señores míos, es que es aburrida. Tal vez sea mi percepción por la falta de costumbre en el visionado de joyitas infracinematográficas, y deba meterme en el tema en serio antes de empezar a valorar bazofias como la susodicha, pero lo que me molestó no fue, en sí, la presencia reincidente de muestras de la cutrez más casposa durante absolutamente todo el metraje. Fue la sensación de que el director sabía lo que se hacía con ello.
Supongo que un gran punto de contacto con todas esas películas de serie z es la oportunidad de reírse de la escasa habilidad de sus creadores, empeñados en realizar algo más o menos decente pero que acaban fracasando en todos los sentidos. Julián Lara nos propone un filme más malo que pegarle a un padre, pero no lo oculta bajo una cierta apariencia de involuntariedad sino que lo grita descaradamente. El resultado es algo que en todo momento transmite una sensación molesta, la de imaginarse al director vendiendo la película al grito de: "¡Miradme, qué friki soy!". Lamento decepcionarle, y a los que tratarán de conseguirla para deleitarse con su estupidez, pero Deadhunter no es una frikada. Es un pobre pastiche anticinematográfico sin imaginación, una burla descafeinada que aunque lo intente una y otra vez no logra nunca crear el mínimo atisbo de simpatía. Algo que cualquiera de los que escriben en esta página podría haber rodado mejor, sin necesidad de cambiar ni un ápice la filosofía de la obra.

No hay nada recomendable en ella, pero al menos la aparición de Leonardo Dantés es graciosilla. El resto duele como una patada en los huevos.