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Drama
Matthew Poncelet (Sean Penn), un hombre condenado a la pena capital por el asesinato de dos adolescentes, reclama desde la prisión la ayuda de la hermana Helen Prejean (Susan Sarandon). Durante la semana anterior a la ejecución, Helen intentará que Matthew consiga la absolución y la paz espiritual. Sin embargo, a la hermana Helen no sólo le angustia la espantosa agonía del condenado, sino también el dolor de las familias de las ... [+]
18 de febrero de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El filme “Pena de Muerte” está basado en el libro “Dead Man Walking”, una historia real escrita por la Hermana Helen Prejean, en la que la religiosa católica narra cómo fue su relación de consejera espiritual de Patrick Sonnier, un homicida condenado a muerte en el estado de Luisiana en 1982 por asesinar a dos adolescentes. Curiosamente la Hermana Helen hace un cameo en el film, apareciendo como una de las activistas que realizan una vigilia de oración en contra de la Pena de Muerte en el exterior de la cárcel. El libro y posterior filme son un testimonio espiritual y profundamente conmovedor no exento de una sutil critica al sistema judicial norteamericano. El film obtuvo un Oscar (Mejor actriz principal) de los cuatro a los que estaba nominado. Tanto el libro como la película presentan una postura afín a la fe cristiana. Además de estar protagonizados por una religiosa en el papel principal femenino, se lanza un mensaje evangélico de amor, perdón y arrepentimiento. Es sin duda una película durísima, pero a la vez profundamente humanizante. En cuanto a lo artístico, merece una mención especial la canción "Dead Man Walking", de Bruce Springsteen, la cual a pesar de estar nominada al Oscar no obtuvo la estatuilla, que recayó finalmente en una canción de Pocahontas.
Vamos con el argumento de la película de Tim Robbins. El preso Matthew Poncelet (Sean Penn) reclama desde la prisión la ayuda de la hermana Helen Prejean (Susan Sarandon), quien trabaja en un gueto de negros en Nueva Orleans. Durante la semana anterior a la ejecución, Helen intentará que Matthew consiga la absolución y la paz espiritual, reconciliándose consigo mismo y pidiendo perdón a la sociedad y a los familiares de las víctimas. Sin embargo, a la hermana Helen no sólo le angustia la espantosa agonía del condenado, sino también el dolor de las familias de las víctimas. La película recoge las continuas visitas al corredor de la muerte para charlar con Matthew, así como a los destrozados familiares de las víctimas. Mientras tanto, con la ayuda de la defensa del recluso, se intenta desesperadamente evitar -o al menos retrasar- la ejecución, que lenta y angustiosamente aterrorizan a Matthew y a sus seres queridos.
"Pena de muerte" es por tanto un alegato contra la pena de muerte, una historia de dolor humano, de injusticias entre ricos y pobres, de política… pero también de la capacidad de perdonar, ser perdonado y comprendido. Yo destacaría de esta película que consigue su objetivo (sensibilizar al espectador en contra de la Pena de Muerte) desde el respeto al sufrimiento ajeno. Una cosa no quita la otra. La justicia debe ser impartida, pero una sociedad que no encuentra otra fórmula de acabar con la violencia sino con más violencia nunca podrá ser una sociedad que se llame justa.
Espiritualmente el film es muy aprovechable. Se recogen todas las posturas en este tema: a favor, en contra, dudosos... así como las diferentes posturas de los familiares de las víctimas: El sr. Delacroix simboliza a quienes (aún costándoles) están dispuesto al perdón, mientras que el matrimonio Percy representa a quienes no son capaces de perdonar. El capellán del Centro, la médico y los funcionarios aparecen como inflexibles e implacables en el cumplimiento de sus funciones, mientras que la Hermana Helen y su equipo representan a los que anteponen el valor de la vida (cualquier vida, incluso la de un asesino confeso) a la cultura de la muerte. Hay frases y diálogos para enmarcar. Vamos a resaltar algunos de ellos por su relevancia religiosa.
Vamos con el argumento de la película de Tim Robbins. El preso Matthew Poncelet (Sean Penn) reclama desde la prisión la ayuda de la hermana Helen Prejean (Susan Sarandon), quien trabaja en un gueto de negros en Nueva Orleans. Durante la semana anterior a la ejecución, Helen intentará que Matthew consiga la absolución y la paz espiritual, reconciliándose consigo mismo y pidiendo perdón a la sociedad y a los familiares de las víctimas. Sin embargo, a la hermana Helen no sólo le angustia la espantosa agonía del condenado, sino también el dolor de las familias de las víctimas. La película recoge las continuas visitas al corredor de la muerte para charlar con Matthew, así como a los destrozados familiares de las víctimas. Mientras tanto, con la ayuda de la defensa del recluso, se intenta desesperadamente evitar -o al menos retrasar- la ejecución, que lenta y angustiosamente aterrorizan a Matthew y a sus seres queridos.
"Pena de muerte" es por tanto un alegato contra la pena de muerte, una historia de dolor humano, de injusticias entre ricos y pobres, de política… pero también de la capacidad de perdonar, ser perdonado y comprendido. Yo destacaría de esta película que consigue su objetivo (sensibilizar al espectador en contra de la Pena de Muerte) desde el respeto al sufrimiento ajeno. Una cosa no quita la otra. La justicia debe ser impartida, pero una sociedad que no encuentra otra fórmula de acabar con la violencia sino con más violencia nunca podrá ser una sociedad que se llame justa.
Espiritualmente el film es muy aprovechable. Se recogen todas las posturas en este tema: a favor, en contra, dudosos... así como las diferentes posturas de los familiares de las víctimas: El sr. Delacroix simboliza a quienes (aún costándoles) están dispuesto al perdón, mientras que el matrimonio Percy representa a quienes no son capaces de perdonar. El capellán del Centro, la médico y los funcionarios aparecen como inflexibles e implacables en el cumplimiento de sus funciones, mientras que la Hermana Helen y su equipo representan a los que anteponen el valor de la vida (cualquier vida, incluso la de un asesino confeso) a la cultura de la muerte. Hay frases y diálogos para enmarcar. Vamos a resaltar algunos de ellos por su relevancia religiosa.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Matthew tiene una Biblia en su celda. La Hermana Helen le pide que se centre en un texto concreto. El versículo que será la clave de la redención de Matthew es del Evangelio de San Juan, 8, 32: "Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres". Al principio Matthew cree que se trata de su libertad física, de esquivar la pena de muerte y quién sabe -si con un poco de suerte- librarse incluso de la cárcel. Poco a poco comprende la hondura de las palabras de Cristo y de la Hermana, quienes no le hablan de una libertad física sino mental. Ser libre reconociendo su participación en los hechos, pidiendo perdón a la sociedad y a los familiares de las víctimas y aceptando la entrega de su vida como compensación por las dos jóvenes existencias cercenadas, aún sabiendo que no es un castigo rehabilitador sino punitivo. La verdad que hace libre a Matthew es la que calma el espíritu aún en las horas de soledad y desasosiego, la que le hace avanzar hacia la cruz (la camilla tiene forma de cruz, no es casual, como tampoco que sus víctimas murieran con los brazos extendidos...) con la esperanza de que el arrepentimiento final le abra las puertas de la eternidad.
Un diálogo muy interesante se produce entre la Hermana Helen y un guardia de la prisión. Ambos presentan argumentos, pero la postura de la religiosa es la que sale victoriosa...
Guardia: "Dígame algo, hermana. ¿Qué hace una monja en un lugar como este? ¿No debería estar enseñando a los niños? ¿Sabe lo que ha hecho este hombre? ¿Cómo mató a los muchachos?"
Hermana Helen: "En lo que se involucró es detestable. No lo apruebo. Simplemente no veo el sentido de matar a alguien para decir que matar gente está mal".
G.: "Ya sabes que la Biblia dice ´ojo por ojo´".
H.H.: "¿Sabe qué más pide la Biblia? La muerte como castigo por el adulterio, la prostitución, la homosexualidad, la invasión de terrenos sagrados, la profanación del sábado y el desprecio de los padres..."
G: "No voy a discutir sobre citas bíblicas con una monja, porque sé que voy a perder...".
Otra frase lapidaria la pronuncia Poncelet en la defensa que hace de sí mismo. Es excelente, dejando clara de paso la postura que privilegia el film:
Matthew Poncelet: "Solo quiero decir que creo que matar está mal, sin importar quién lo haga, ya sea yo, ustedes o su gobierno".
La siguiente me parece sencillamente genial. No solo por el contenido, sino porque en los momentos de máxima tensión (el día anterior a la ejecución) consigue introducir un toque de humor para rebajar algo la tensión:
Hermana Helen: "Eres un hijo de Dios".
Matthew Poncelet (sollozando): "Gracias. Nunca antes me habían llamado hijo de Dios (sonríe un poco) Me habían llamado hijo de... muchas veces, pero nunca me habían llamado hijo de Dios".
Las despedidas finales tampoco tienen desperdicio. Tanto el consejo de la Hermana Helen al reo como las últimas palabras de este antes de dejar este mundo merecen ser resaltadas. Especialmente Matthew tiene palabras para todos, tanto para la familia más comprensiva como para aquellos que no pueden ocultar su odio y su rencor:
Hermana Helen: "Quiero que la última cara que veas en este mundo sea la cara del amor, por lo que quiero que me mires cuando lo hagan. Seré el rostro del amor para ti".
Guardia: ¿Quiere decir sus últimas palabras, Poncelet?
Matthew Poncelet: "Sí, lo haré. (pausa) Sr. Delacroix, no quiero dejar este mundo con odio en mi corazón. Le pido perdón por lo que hice. Fue algo terrible lo que hice, quitarle a su hijo".
Clyde Percy: (Susurra a su esposa) "¿Y qué hay de nosotros?"
M.P.: "Sr. y Sra. Percy, espero que mi muerte les proporcione algún alivio".
La película no termina con la ejecución del condenado, creo que hubiera sido demasiado dramático. Termina con una imagen de Earl Delacroix y la Hermana Helen rezando juntos en el interior de una Iglesia. Precioso colofón bajo mi punto de vista.
Jaime Salado de la Riva
Crítica para Reflexiones cristianas: https://creoendios.blogspot.com/
Un diálogo muy interesante se produce entre la Hermana Helen y un guardia de la prisión. Ambos presentan argumentos, pero la postura de la religiosa es la que sale victoriosa...
Guardia: "Dígame algo, hermana. ¿Qué hace una monja en un lugar como este? ¿No debería estar enseñando a los niños? ¿Sabe lo que ha hecho este hombre? ¿Cómo mató a los muchachos?"
Hermana Helen: "En lo que se involucró es detestable. No lo apruebo. Simplemente no veo el sentido de matar a alguien para decir que matar gente está mal".
G.: "Ya sabes que la Biblia dice ´ojo por ojo´".
H.H.: "¿Sabe qué más pide la Biblia? La muerte como castigo por el adulterio, la prostitución, la homosexualidad, la invasión de terrenos sagrados, la profanación del sábado y el desprecio de los padres..."
G: "No voy a discutir sobre citas bíblicas con una monja, porque sé que voy a perder...".
Otra frase lapidaria la pronuncia Poncelet en la defensa que hace de sí mismo. Es excelente, dejando clara de paso la postura que privilegia el film:
Matthew Poncelet: "Solo quiero decir que creo que matar está mal, sin importar quién lo haga, ya sea yo, ustedes o su gobierno".
La siguiente me parece sencillamente genial. No solo por el contenido, sino porque en los momentos de máxima tensión (el día anterior a la ejecución) consigue introducir un toque de humor para rebajar algo la tensión:
Hermana Helen: "Eres un hijo de Dios".
Matthew Poncelet (sollozando): "Gracias. Nunca antes me habían llamado hijo de Dios (sonríe un poco) Me habían llamado hijo de... muchas veces, pero nunca me habían llamado hijo de Dios".
Las despedidas finales tampoco tienen desperdicio. Tanto el consejo de la Hermana Helen al reo como las últimas palabras de este antes de dejar este mundo merecen ser resaltadas. Especialmente Matthew tiene palabras para todos, tanto para la familia más comprensiva como para aquellos que no pueden ocultar su odio y su rencor:
Hermana Helen: "Quiero que la última cara que veas en este mundo sea la cara del amor, por lo que quiero que me mires cuando lo hagan. Seré el rostro del amor para ti".
Guardia: ¿Quiere decir sus últimas palabras, Poncelet?
Matthew Poncelet: "Sí, lo haré. (pausa) Sr. Delacroix, no quiero dejar este mundo con odio en mi corazón. Le pido perdón por lo que hice. Fue algo terrible lo que hice, quitarle a su hijo".
Clyde Percy: (Susurra a su esposa) "¿Y qué hay de nosotros?"
M.P.: "Sr. y Sra. Percy, espero que mi muerte les proporcione algún alivio".
La película no termina con la ejecución del condenado, creo que hubiera sido demasiado dramático. Termina con una imagen de Earl Delacroix y la Hermana Helen rezando juntos en el interior de una Iglesia. Precioso colofón bajo mi punto de vista.
Jaime Salado de la Riva
Crítica para Reflexiones cristianas: https://creoendios.blogspot.com/