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España España · Oviedo
Voto de babayu:
8
Terror. Thriller. Acción. Comedia Grindhouse es una película de terror dividida en 2 partes, una dirigida por Tarantino y la otra por Robert Rodríguez, siendo cada una de ellas de algo más de una hora de duración. A su vez ambas están separadas por falsos trailers de películas de terror, creados por los conocidos directores del género Eli Roth, Rob Zombie, Edgar Wright. "Planet Terror", dirigida por Rodríguez, se trata de una película de zombies. Mientras los afectados ... [+]
9 de julio de 2008
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Espléndido homenaje el que han realizado ese par de colegas, Tarantino y Rodríguez, al cine de serie Z, es decir, el que se podía ver en sesión doble en las salas tipo Grindhouse; aunque, lamentablemente, en España se nos escamoteara la visión conjunta de ambas pelis, no deja de ser un placer comprobar cómo, a pesar de contar con un presupuesto infinitamente superior a esos clásicos del cine basura a los que se rinde pleitesía, la concepción visual de la idea es perfecta: por la pantalla vemos cortes, pelos, quemados de película, defectos de sonido, y toda la parafernalia de las proyecciones cutres. Aparte de esto, que es sin duda de lo más molón, lo fascinante es cómo Rodríguez (por quien no siento particular interés, con un cine que oscila entre grandes luces y profundísimas sombras) absorbe todo lo paradigmático de las pelis de terror barato: empezando por la infección grotesca que convierte en zombis a todo bicho viviente, bichos vivientes por otra parte de lo más psicotrópico, por cierto (hay una galería de personajes tremendísimos, como El Rey, el otro que mató a Bin Laden, el tipo de la barbacoa, su hermano, el sherif y la galería sin fin de tipas estupendas, vestidas para matar en todos los sentidos de la palabra, encabezadas por Cherry, alter ego de Rose McGowan, con esa fantástica evolución en el mundo de las prótesis ortopédicas, de la pata de palo a la ametralladora), y siguiendo a través del uso y el abuso de elementos claves del género, como el gore cachondo, el erotismo pobretón e innecesario y, ante todo, lo que me parece más importante del conjunto: una clara e induscutible evidencia, la necesidad de pasarlo bien, produciéndose una comunión empática entre quienes hacen la peli y quienes la vemos, lo que es harto raro en el cine actual, aquejado de una de estas enfermedades: o bien cierta tendencia ombligocéntrica (es decir, los creadores crean para ellos y que le den al público), o todo lo contrario, se subestima la inteligencia de esa gente que está sentada en las butacas mediante dosis insultantes de oligofrenia.
En definitiva, divertimento puro y duro, a complementar por la impresionante Death Proof del amigo Quentin.
babayu
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