"Made in Dagenham" se inscribe (junto al homenaje a Lennon en "Nowhere boy" o la próxima "The King's Speech", entre otras) en toda una reciente línea de películas basadas en hechos reales.
Nigel Cole, en el caso que nos ocupa, salva bien la papeleta gracias al buen hacer de sus actores (con mención especial a la deliciosa Sally Hawkins) y una ambientación encantadora. Es dífícil sustraerse al poder emocional que narra la historia, así como las reflexiones que suscita sobre el meritorio valor de las trabajadoras de Dagenham.
Hay, no obstante, ciertas concesiones que lastiman el resultado final. La sobresimplificación en la relación de caracteres femeninos, la predectibilidad de su desarrollo y, sobre todo, su flojísimo 'happy ending' estropean un mayor vuelo. Esto se hace aún más visible en los créditos finales, donde ante la imagen de las auténticas protagonistas de la gesta, queda en evidencia su domesticación 'hollywoodiense'.
Buena película, sin embargo, para reflexionar sobre el valor de quienes lucharon por la igualdad de derechos. Recomendable.